Los nidos de tallarines al horno son un primer plato rico y delicioso perfecto para el almuerzo del domingo. Existen dos corrientes de pensamiento para la preparación de este plato: una propone poner los tallarines directamente en la fuente y condimentar. Mientras que la otra recomienda sumergirlos unos segundos en agua tibia. Yo definitivamente estoy a favor de la segunda. Para mí sin el remojo no se cocinan de manera uniforme, incluso si pongo mucho salsa y aunque deje la salsa más líquida. De todos modos, sigan la receta y prueben estos nidos de tallarines al horno porque son exquisitos: para mí un sugo al tomate, salchicha, scamorza y parmesano pero también pueden no poner la salchicha y sustituirla con speck o con verduras para una versión vegetariana. Prueben también simplemente con un clásico ragú.
Para no perderse
- Dificultad: Fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de preparación: 20 Minutos
- Porciones: 2 personas
- Métodos de Cocción: Cocina, Horno, Horno eléctrico
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Todas las estaciones
Ingredientes
- 150 g tallarines de huevo secos
- 400 g puré de tomate
- 70 g salchicha
- 250 ml agua
- 40 g scamorza (o mozzarella)
- 2 cucharadas aceite de oliva virgen extra
- c.s. parmesano rallado
- c.s. sal
Utensilios
- 1 Tabla de cortar
- 1 Cuchillo de cocina
- 1 Cazuela de bordes altos
- 1 Bol
- 1 Fuente de horno
Pasos
Eliminar la tripa de la salchicha, cortarla en trocitos y dorarla en la sartén sin añadir ningún condimento. Preparar la salsa: en una cazuela de bordes altos calentar el aceite, añadir el puré de tomate, el agua y ajustar de sal. Tapar y cocinar durante treinta minutos. Cortar la mozzarella en cubitos. Verter un cucharón abundante de salsa en el fondo de una fuente de horno. Sumergir los nidos de tallarines en agua tibia durante unos treinta segundos uno a la vez y colocarlos en la fuente. Distribuir sobre los nidos de tallarines la salchicha, cubrir bien con la salsa y luego añadir la scamorza en trocitos. Espolvorear con abundante parmesano rallado y cocinar en horno precalentado en modo ventilado a 200 °C durante 30 minutos o hasta que en la superficie se forme una costra dorada y crujiente. Transcurrido el tiempo necesario, extraer la fuente del horno, dejar enfriar unos minutos y luego servir.
La idea para la receta que he revisitado a mi manera proviene de AQUÍ.
