Curiosidades

La historia de las galletas del Lagaccio es antigua. Se cuenta que alrededor de 1539 el príncipe (almirante y político de la República de Génova) Andrea Doria, para poder disponer de su propia reserva de agua, mandó construir una presa entre las colinas de Granarolo y Oregina. La presa dio origen a un lago artificial que los habitantes de la zona en tono despectivo llamaban «lagaccio». En la misma zona un siglo después surgió un taller artesanal que comenzó a producir estas sencillas rebanadas de pan tostado que se conservaban bien y por mucho tiempo. Por esto eran perfectas para ser llevadas al mar, en los barcos para los viajes de marineros y pescadores. Y en recuerdo del lago, de la presa y del barrio (que aún hoy se llama así) en el que surgió, a las galletas se les dio el nombre de «lagaccio». A veces se confunden las galletas del Lagaccio con las de la salud que sin embargo son más parecidas a las tostadas. Mientras que las galletas del Lagaccio enriquecidas en algunos casos y según algunas recetas con semillas de anís o de hinojo son más un producto de pastelería.

Notas

En realidad las galletas del Lagaccio deben prepararse rigurosamente con masa madre. Para simplificar los tiempos de fermentación y animaros a probar a hacerlas en casa he decidido utilizar levadura de cerveza pero probaré nuevamente a prepararlas con masa madre que, no hay duda, regala un aroma especial a los productos fermentados. Si queréis probar, podéis sustituir la levadura de cerveza por 100 gramos de masa madre. Obviamente, tened en cuenta que los tiempos de fermentación serán más largos. Para cada paso proceded solo cuando la masa duplique su volumen.

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