Los buñuelos de calabacín y zanahorias son un plato rústico y delicioso, típico de la cocina italiana, que combina la frescura de las verduras con una textura suave y ligeramente crujiente.
Se presentan como discos dorados, fragantes por fuera y tiernos por dentro, caracterizados por un color que varía del verde brillante del calabacín al naranja vivo de las zanahorias.
La dulzura de las zanahorias se mezcla perfectamente con el sabor delicado del calabacín, creando un sabor equilibrado y envolvente. Al morder, la superficie exterior revela una agradable crujiente, que pronto cede a un corazón suave y húmedo.
Cada bocado es un descubrimiento de sabores y texturas. La sensación en el paladar es la de un alimento reconfortante, que envuelve la boca con su suavidad, mientras que la crujiente exterior ofrece un agradable contraste. Las verduras, aunque cocidas, mantienen una ligera crujiente y frescura, especialmente las zanahorias, que liberan una dulzura natural y persistente.
Perfectos como entrante, guarnición o incluso como finger food para un aperitivo, los buñuelos de calabacín y zanahorias son versátiles y se pueden servir calientes o a temperatura ambiente. Acompañados con la riquísima mayonesa vegana son un verdadero festín de sabores
Gustan tanto a grandes como a pequeños
Te recomiendo también
- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 4
- Métodos de Cocción: Fogón
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Todas las estaciones
Ingredientes
- 300 g calabacines
- 300 g zanahorias
- 100 ml leche
- 50 g pan
- 40 g queso parmesano rallado
- 2 huevos
- q.b. sal fina
- q.b. aceite de semillas
Herramientas
- 1 Rallador
- 1 Bol
- 1 Tenedor
- 1 Sartén
Pasos para la preparación de los buñuelos de calabacín y zanahorias
Elige verduras frescas y si puedes cómpralas en los mercados de proximidad
Lava bien las verduras bajo agua corriente.
Con un rallador de verduras ralla los calabacines y las zanahorias en un bol.
Luego exprímelos con energía con las manos para que suelten el exceso de agua.
Mientras tanto, remoja el pan con la leche durante unos minutos.
Añade a las verduras ralladas, los huevos, el parmesano y el pan bien escurrido, y la sal fina.
Mezcla bien todo y con las manos forma buñuelos redondos.
Engrasa una sartén antiadherente con aceite de semillas, caliéntala y cocina los buñuelos unos 5 minutos por cada lado, hasta que estén bien dorados.
Terminada la cocción, sécalos con papel absorbente y sírvelos tanto calientes como a temperatura ambiente y …
¡Buen provecho de parte de Barbara!
Conservación y notas
Los buñuelos de calabacín y zanahorias, una vez preparados, son mejores si se disfrutan de inmediato, cuando su crujiente exterior está en su punto máximo y el corazón sigue siendo suave y sabroso. Sin embargo, se pueden conservar y reutilizar, siguiendo algunos consejos.
Frigorífico: Después de dejarlos enfriar completamente, los buñuelos pueden conservarse en el frigorífico durante 2-3 días. Es aconsejable guardarlos en un recipiente hermético o envolverlos bien con film transparente para evitar que absorban olores indeseados.
Congelación: Si deseas conservarlos más tiempo, puedes congelarlos. Coloca los buñuelos en una bandeja cubierta con papel de horno, separándolos entre sí, y mételos en el congelador hasta que estén bien congelados. Posteriormente, transfiérelos a una bolsa para alimentos apta para congelación. De esta manera, podrás conservarlos durante aproximadamente 1-2 meses.
Para recalentar y recuperar la crujiente, recalienta los buñuelos en el horno a 180°C durante unos 10 minutos. Este método es ideal para obtener nuevamente una superficie crujiente sin secar demasiado el interior.
Si deseas obtener una versión más ligera, puedes cocinar los buñuelos al horno en lugar de freírlos. Colócalos sobre una bandeja revestida de papel de horno, úntalos con un poco de aceite y hornéalos a 200°C hasta que estén dorados.

