La tarta rústica con espinacas es una tarta salada muy nutritiva y realmente sabrosa.

Se prepara con una masa quebrada y un relleno de espinacas, ricotta, parmesano y huevos.

Ideal para servir como aperitivo, como segundo plato o para llevar de excursión ya que es excelente incluso fría.

Me encantan especialmente las tartas saladas, ya que siempre me salvan la cena y son una forma deliciosa de consumir vegetales.

Similar a la tarta pasqualina, pero ligeramente más delgada.

Las espinacas son vegetales ricos en nutrientes. Son excelentes fuentes de Vitamina A y benefician la salud de los ojos, el corazón y el intestino por su alto contenido en fibra. Además, tienen un alto contenido de hierro.

Mientras que los huevos son un alimento completo, ricos en proteínas, vitaminas y minerales.

Así que en un solo plato, una carga de bienestar.

Gusta tanto a mayores como a pequeños, y el efecto sorpresa del huevo duro ciertamente hace su parte.

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Dificultad: Fácil
Costo: Económico
Tiempo de reposo: 10 Minutos
Tiempo de preparación: 30 Minutos
Porciones: 4
Métodos de Cocción: Horno
Cocina: Italiana
Estacionalidad: Todas las estaciones

Ingredientes para la preparación de la tarta rústica con espinacas

700 g espinacas
4 huevos
250 g ricotta
60 g queso parmesano rallado
c.s. sal fina
1 masa quebrada

Herramientas

1 Olla
1 Bol bol
1 Tenedor
1 Molde para tartas
1 Colador
1 Paño de cocina
1 Rodillo

Pasos para la preparación de la tarta rústica con espinacas

Para preparar la deliciosa tarta rústica con espinacas, comenzamos limpiando las espinacas, eliminando las partes dañadas y cocinamos en una gran olla con abundante agua salada por unos minutos. Luego escurrimos bien con un colador y dejamos enfriar para luego exprimirlas bien envueltas en un paño de cocina o simplemente con las manos.

Los colocamos en un bol y los cortamos finamente. Luego añadimos la ricotta, un huevo, el queso parmesano rallado y la sal fina y
Mezclamos bien todo con un tenedor hasta obtener una mezcla homogénea.
Mientras tanto, extendemos la masa quebrada con un rodillo y creamos dos hojas redondas, una más grande que servirá como base, y una más pequeña y muy delgada, que servirá como tapa.
Luego engrasamos un molde para tartas y forramos con la hoja, añadimos el relleno, creamos tres surcos separados entre sí, e insertamos los huevos, como en la foto.
Cubrimos todo con la hoja restante, removemos las partes sobrantes y enrollamos los bordes hacia adentro. Con los dientes de un tenedor, perforamos suavemente la masa sin dañar los huevos, y untamos con un chorrito de aceite de oliva virgen extra la superficie.
Horneamos a 180 grados durante unos 40 minutos, hasta que esté dorada. Al finalizar la cocción, dejamos enfriar y servimos tibia y…
¡buen provecho… de parte de Barbara!