Las galletas con semillas de amapola, mermelada de arándanos y chocolate blanco son deliciosas y perfectas para disfrutar en cualquier momento, en el desayuno, la merienda o después de las comidas. Galletas de pasta quebrada enriquecidas con semillas de amapola que les dan un aspecto aún más apetecible y aromatizadas con cáscara de limón, un relleno a base de mermelada de arándanos y finalmente una glaseado de chocolate blanco.

- Dificultad: Fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de reposo: 30 Minutos
- Tiempo de preparación: 40 Minutos
- Porciones: 22Piezas
- Métodos de Cocción: Baño María, Horno
- Cocina: Bar
- Estacionalidad: Todas las estaciones
Ingredientes
- 300 g harina 00
- 150 g mantequilla
- 135 g mermelada de arándanos
- 120 g azúcar
- 30 g semillas de amapola
- 1 huevo
- 1 limón
- 1 sobre vainillina
- 1 cucharada leche
- 1 pizca sal
- al gusto chocolate blanco
- al gusto harina 00 (para la superficie de trabajo)
Herramientas
- Balanza de alimentos
- Gancho de hoja
- Cuenco
- Espátula
- Raspador
- Refrigerador
- Film transparente
- Cortador de galletas
- Cucharilla
- Cazuela
- 2 Bandejas de horno
- Papel de horno
- Bandeja
- Rodillo
- Rallador
Pasos
Para preparar las galletas con semillas de amapola, mermelada de arándanos y chocolate blanco…
En el cuenco del robot de cocina equipado con gancho de hoja o procesador de alimentos con cuchillas, pon la mantequilla fría del refrigerador cortada en cubos y el azúcar. Enciende el robot hasta obtener una mezcla arenosa. Alternativamente, puedes trabajar rápidamente la pasta quebrada a mano.
Añade luego el huevo entero y vuelve a encender el robot, integrándolo con los otros dos ingredientes.
Finalmente, añade la harina, la vainillina, las semillas de amapola, la pizca de sal y la ralladura de limón. Enciende el robot, aumentando la velocidad, trabaja la masa hasta que comience a compactarse y a separarse de las paredes del cuenco.
Transfiere la masa sobre la superficie de trabajo ligeramente enharinada ayudándote con un raspador. Con las manos, hazla homogénea y forma un bloque de unos 2 cm de alto, luego envuélvelo en film transparente y déjalo reposar en el refrigerador por al menos 30 minutos.
Transcurrido el tiempo de reposo de la masa, trabaja la pasta rápidamente con las manos para ablandarla y siempre sobre la superficie de trabajo ligeramente enharinada, extiende la masa con el rodillo.
Con los cortadores de galletas, saca un total de 44 galletas, 22 deberán tener un agujero central de la forma que desees para superponerlas a las otras. A medida que las haces, colócalas en las bandejas de horno revestidas con papel de horno.
Hornea las galletas en el horno precalentado a 180 grados y cocínalas en modo ventilación durante unos 10 minutos.
Cuando estén cocidas, sácalas del horno, colócalas sobre una bandeja y déjalas templar.
Mientras tanto, llena la mitad de una cazuela con agua y ponla al fuego, no debe hervir. Encima de ella, coloca un cuenco de modo que el fondo entre parcialmente en la cazuela para la cocción al baño maría (no debe sumergirse).
Dentro del cuenco, coloca el chocolate blanco roto en trozos y con la espátula remueve hasta que esté completamente derretido. Añade leche para hacerlo ligeramente líquido y hazlo caer con la cucharilla sobre las galletas formando así una especie de glaseado. Las galletas están listas para ser disfrutadas.
Conservación
Se conservan en un recipiente hermético por aproximadamente 7 días, en un lugar fresco y seco.