¿Alguna vez habéis probado la salvia en tempura? Si no, definitivamente tenéis que probarla, ¡seguro que os sorprenderá! El sabor de la salvia combinado con la crujiente textura de mi tempura sin huevos es algo increíblemente tentador y apetitoso.

Además, la cocción al horno, no frita, las hace ligeras y fáciles de digerir.

La salvia tiene múltiples propiedades. En primer lugar, es digestiva, luego diurética y antiinflamatoria. Usada para dar sabor a múltiples platos, en este caso es el ingrediente principal.

Ideal para servir como aperitivo, guarnición o como acompañamiento para un aperitivo con amigos.

También te recomiendo los pimientos asados, las flores de calabacín rellenas, los rollitos de espárragos, las focaccias y pizzetas, y muchas otras recetas que encontráis navegando por mi blog.

Veamos ahora el sencillo procedimiento

Dificultad: Muy fácil
Costo: Muy económico
Tiempo de reposo: 15 Minutos
Tiempo de preparación: 5 Minutos
Porciones: 4
Métodos de Cocción: Horno eléctrico, Freidora de aire
Cocina: Italiana
Estacionalidad: Todas las estaciones

Ingredientes

100 g harina tipo 1
170 g cerveza helada
50 g salvia
c.s. sal fina

Utensilios para preparar la salvia en tempura

1 Bol
1 Tenedor
Papel de horno
Papel absorbente

Pasos para la preparación de la salvia en tempura

Empezamos preparando la tempura. Así que tomamos un bol, añadimos la harina y la sal, y finalmente la cerveza helada.

Con un tenedor mezclamos bien hasta obtener una mezcla homogénea y sin grumos. Yo he usado harina tipo 1 molida a piedra, ya que nunca uso la 00 que es la más refinada.
Luego cubrimos el bol con una tapa o un paño y lo ponemos en la nevera durante un cuarto de hora. Mientras tanto, limpiamos, lavamos y luego secamos con papel absorbente o un paño las hojas de salvia. No deben tener absolutamente nada de agua.
Pasado el tiempo de reposo, sacamos la mezcla de la nevera, tomamos dos hojas de salvia a la vez, y las sumergimos en la mezcla, primero por un lado y luego por el otro.
Entonces, cubrimos una bandeja con papel de horno, yo he usado mi fantástico tapete de resina, y las colocamos separadas unos centímetros una de otra. Terminamos horneándolas a 180 grados durante unos 15 minutos, hasta que estén doradas. Pasado el tiempo de cocción, las sacamos y servimos calientes. Para los más glotones, podéis usar la misma receta y freírlas. También puedes cocinarlas en freidora de aire a 170 grados durante unos minutos.