Pasteles salados de polenta al horno

Los pasteles salados de polenta al horno son deliciosos, tentadores y muy fáciles de preparar. Podemos proponerlos entre los aperitivos de las fiestas navideñas, personalizarlos y diversificarlos como más nos guste. Esta receta, que no contiene gluten, nos permite disfrutar de la polenta de manera diferente y ofrecer a nuestros comensales platos tentadores y siempre nuevos, usando pocos ingredientes. Son muy prácticos, porque pueden prepararse incluso con un día de antelación y conservarse en una caja cerrada. Yo los personalizo continuamente, utilizando ingredientes que ya tengo en casa y siempre son un éxito. Además, podemos decorarlos con almendras, nueces, avellanas, como sus «primos» dulces, en los que se inspiran.
 

  • Dificultad: Muy fácil
  • Costo: Muy económico
  • Tiempo de reposo: 2 Horas
  • Tiempo de preparación: 30 Minutos
  • Porciones: 45
  • Métodos de Cocción: Horno, Estufa
  • Cocina: Italiana
  • Estacionalidad: Otoño, Invierno y Primavera, Año Nuevo

Ingredientes

  • 100 g harina de maíz fioretto
  • 400 ml agua
  • c.s. sal gruesa
  • c.s. nuez moscada
  • 1 huevo entero mediano
  • 2 cucharadas queso rallado de mesa
  • c.s. pimienta recién molida
  • c.s. cebollino y perejil picados
  • 5 tomates secos
  • 1 cucharada granillo de avellanas tostadas
  • 4 rebanadas speck o jamón crudo (opcional)

Pasos

Esta receta también puede realizarse con polenta sobrante, en la cantidad de aproximadamente 500 gramos.

La cantidad de pasteles salados de polenta podría variar según el tamaño que les demos. En general, logro obtener alrededor de 45 pasteles de entre 7 y 9 gramos de peso cocidos.
Preparémosla con los 100 gramos de harina de maíz fioretto y los 400 gramos de agua, añadiendo una pizca de sal gruesa (la polenta no debe ser demasiado salada) como ya estamos acostumbrados a hacer, recordando, sin embargo, que debe estar muy sólida. Después de cocida, dejémosla enfriar y solidificar en un bol.

Mientras tanto, hervimos los tomates secos en agua hirviendo durante 10 minutos para hacerlos suaves y agradables al paladar; luego, después de escurrirlos del exceso de agua, los picaremos groseramente. Podemos añadirlos directamente a la masa de polenta o después de haber formado los pasteles.

También el cebollino y el perejil finamente picados pueden añadirse dentro de la masa o, alternativamente, después de la cocción de los pasteles, como decoración.
Cuando la polenta esté fría, rompámosla con un tenedor y amasémosla junto con la nuez moscada, el huevo, queso rallado, una pizca de pimienta molida, otra pizca de sal fina, hasta obtener una mezcla uniforme.
El jamón crudo (o el speck) puede añadirse a la masa para enriquecerla aún más, después de haberlo picado muy, muy finamente.

Para crear los pasteles salados podemos utilizar dos cucharillas o una manga pastelera.

Encendamos el horno a 200*, forremos una bandeja con papel de horno y comencemos a formar los pasteles, dándoles formas y tamaños al gusto.

Para mantener el papel de horno fijo mientras formamos los pasteles salados de polenta, basta con humedecer ligeramente la bandeja con un poco de agua y extender el papel de horno sobre ella.
Una vez formados los pasteles salados, podemos decorarlos en la superficie con el granillo de avellanas y los tomates secos picados para hacerlos aún más vistosos, pero sobre todo, tentadores, gracias a la nota crujiente que conferirán a esta preparación.
Horneémoslos en la rejilla más baja durante unos 15 minutos, en el horno ya caliente. Luego, pasémoslos un momento bajo el grill para un dorado perfecto. Eso es todo; fáciles y también bastante rápidos.
Después de cocidos, desmoldemos y dejemos enfriar nuestros pasteles salados de polenta al horno. Podemos conservarlos en una caja bien cerrada.
Buen provecho

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mielefarinaefantasia

Recetas fáciles para el día a día y ocasiones especiales, para todos los días y para todos los gustos, incluso sin gluten.

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