Olivier es la ensalada que todo el mundo conoce con el nombre ensalada rusa.

Parece que fue inventada entre 1860 y 1883 por el chef francés Lucien Olivier en el restaurante Hermitage de Moscú.
En ese entonces, la receta incluía camarones de río, faisanes, lengua de ternera, patatas, pepinillos, alcaparras, aceitunas, huevos y caviar. Y se recogía en un auténtico aspic de gelatina.

A mediados de los años 30 del siglo pasado, después de la Revolución de Octubre, en los restaurantes de la capital rusa no se preparaba la ensalada Olivier porque los ingredientes eran bastante costosos. Muchos de ellos fueron reemplazados por verduras y la nueva versión fue llamada “ensalada de la capital”.

Pero fue solo poco después de la Segunda Guerra Mundial que el pueblo soviético, ocupado en reconstruir el país, decidió nombrar la ensalada Olivier como plato imprescindible durante las fiestas.
Añadiendo un elemento llamado el “salchichón del doctor” Doktorskaja, es decir, un embutido cocido que los médicos recomendaban como alimento curativo a quienes habían sufrido hambre.

Y finalmente, la Olivier alcanzó su mayor popularidad en los años 60 y 70 cuando la carne volvió a ser relativamente económica y apareció en el mercado la mayonesa industrial.

Claramente existen muchas recetas, cada familia tiene la suya; la que sigue es la más cercana a la original de posguerra.