Hacer pasta fresca en casa es fácil, de hecho, facilísimo y da grandes satisfacciones. Hoy hablaremos de la pasta fresca al huevo realizada con solo sémola de trigo duro remolida. Podremos crear todos los formatos de pasta que deseemos, larga, corta, rellena, láminas para lasaña y canelones y así sucesivamente. El sabor de la pasta de sémola de trigo duro es buenísimo, pleno y se combina con todo tipo de condimentos y salsas, tanto de carne como de pescado o vegetales.

- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de reposo: 1 Hora
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 800 gramos
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Todas las estaciones
Ingredientes
- 500 g sémola de trigo duro remolida
- 5 huevos medianos enteros
- 1 g sal fina
- c.s. agua a temperatura ambiente (solo si es necesario)
Pasos
En la mesa de trabajo colocamos la sémola y el pellizco de sal fina, creamos un agujero en el centro y añadimos los huevos enteros.
He usado 1 huevo por cada 100 gr. de sémola pero no siempre es así, porque depende del tamaño de los huevos, por lo que podría ser necesario añadir uno menos o uno más (si la masa resultara demasiado dura).
Con un tenedor comenzamos a llevar hacia el centro del agujero un poco de sémola y a mezclarla con los huevos.
A este punto pasamos a amasar con las manos, hasta obtener un pan suave, liso, que no se pegue a las manos. Lo dejamos reposar bajo un bol, o bajo un paño húmedo de algodón (sin olores a detergente), o sellado en film transparente, para evitar que la superficie se seque.
Después de una hora retomamos el pan y formamos los tipos de pasta que deseamos, tanto larga como corta: tagliolini, tagliatelle, fetuccine, maltagliati, láminas para lasaña o para canelones; o bien orecchiette, cavatelli (una interpretación personal realizada con pasta al huevo), etc…
La idea adicional para el secado. Si hemos preparado demasiada pasta o si la queremos consumir después, podemos secarla.
Aquí abajo os sugeriré dos alternativas
1) Secado de la pasta. Es suficiente colocar la pasta a la que ya hemos dado forma sobre paños de cocina, sin olores a detergentes o suavizantes, espolvoreados con abundante sémola de trigo duro (distanciándola bien) y la dejaremos secar de 12 a 24 horas como máximo, dándole la vuelta después de 6 horas o después de 12 horas, cubriendo la pasta con paños o velos ligeros. Los paños de algodón absorben la humedad que la pasta libera a medida que se seca.
2) Secado de láminas. Después de haber extendido las láminas, espolvoreamos los paños con sémola, colocamos las láminas y las dejamos secar por solo una hora, dándoles la vuelta después de media hora.
Después de una hora podremos dar forma a las láminas como deseemos. De este modo será mucho más fácil recortar y formar láminas para lasañas y canelones, tagliatelle, tagliolini, pappardelle, malfatti, quadrucci y así sucesivamente.
Hecho esto, colocamos nuevamente la pasta formada sobre los paños, distanciándola bien, para permitir un secado uniforme, la cubrimos con otro paño o velo ligero y la dejamos secar también por 12 o 24 horas, dependiendo de nuestras necesidades. La pasta seca perfectamente puede conservarse en bolsas para alimentos por un máximo de dos o tres días en un lugar fresco y seco.