Las delicias de pistacho y chocolate son una verdadera golosina a la que será difícil resistirse. Se trata de una suavísima crema de pistachos encerrada entre dos pequeñas obleas crujientes de chocolate negro. Es un postre de cuchara fresco; delicioso, refinado para servir y no contiene gluten. Las delicias son óptimas tanto para el almuerzo dominical como para nuestros momentos importantes, si se quiere sorprender a los invitados. Las delicias de pistacho se pueden personalizar en tamaño y combinaciones según nuestros gustos.
- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Medio
- Tiempo de reposo: 6 Horas
- Tiempo de cocción: 10 Minutos
- Porciones: 4
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Otoño, Invierno y Primavera
Ingredientes
- 320 ml leche (también sin lactosa)
- 16 g Harina de arroz
- 16 g Almidón de maíz
- 76 g Azúcar granulada
- 76 g pistachos sin sal (pelados)
- 3 yemas de huevo
- c.s. Cáscara de naranja
- 1 g Sal fina
- 1 cucharadita Licor Strega o Ron
- 1 pizca Vainilla en pasta o líquida
- 100 g chocolate negro al 50%
- 2 cucharaditas aceite de semillas
- 40 g Granillo de pistacho (para la decoración)
Herramientas
- 4 Moldes
Pasos
Para dar forma a las delicias de pistacho necesitaremos 4 moldes de aluminio desechables.
Saquemos los huevos del frigorífico media hora antes de usarlos para que se monten mejor.
Tamizamos juntos la harina de arroz y el almidón de maíz.
De una naranja sacamos un par de zeste sin la parte blanca interna (nos servirá para perfumar la leche), mientras rallamos finamente el resto de la cáscara.
Ponemos en el congelador un bol de acero o una olla, que usaremos para trasladar inmediatamente la crema caliente. Este paso bloqueará la cocción (que de lo contrario continuaría gracias al calor residual).
Empecemos a preparar la crema de pistachos. Trituremos muy, muy finamente los pistachos junto con una cucharadita de azúcar tomada de la cantidad prevista por esta receta (para evitar que los pistachos liberen aceite) y los ponemos a un lado. Si usamos un robot de cocina o una batidora, batamos en impulsos para evitar calentarlos.
Separemos las yemas de las claras y las ponemos en un cazo (que usaremos para cocinar la crema).
Añadimos el azúcar restante a las yemas y las montamos hasta que se vuelvan claras y espumosas (usando batidoras eléctricas, serán necesarios 3 minutos a velocidad media).
Mientras tanto, calienta en una cacerola grande, a fuego lento, en el quemador más pequeño, la leche con las zeste de naranja.
Cuando la mezcla de huevos y azúcar esté lista, añadiremos los pistachos triturados, la sal, la esencia de vainilla, la cáscara de naranja rallada, la harina de arroz y el almidón de maíz.
Mezclamos muy bien pero con mucho cuidado con un batidor de acero, hasta obtener una mezcla suave y sin grumos.
Tan pronto como la leche esté bastante caliente (no debe estar hirviendo ni hervir), eliminamos las zeste, vertemos en hilo sobre la mezcla de pistachos, continuando mezclando con el batidor de acero, hasta que estén perfectamente integrados; finalmente, transferimos el cazo al quemador más pequeño a fuego bajo.
En pocos minutos la crema comenzará a espesarse. Apaguemos inmediatamente, alejemos el cazo del fuego y añadamos el ron o el Strega u otro licor al gusto.
Vertamos inmediatamente la crema de pistachos en el bol frío, mezclamos nuevamente y dejamos reposar la crema durante 5 minutos. Luego, cubramos con papel film en contacto y dejemos enfriar completamente.
Preparemos nuestras obleas de chocolate.
Cuando la crema se haya enfriado, fundimos al baño María, a fuego muy bajo, el chocolate negro.
Tan pronto como se haya derretido, alejamos del calor y vertemos las dos cucharaditas de aceite de semillas.
Mezclamos muy bien y vertemos una cucharadita colmada de glaseado en el fondo de cada molde.
– Una cucharadita colmada es más que suficiente, ya que si la capa en el fondo (que se convertirá en la parte superior del postre una vez que lo volquemos en el plato de servir) fuera demasiado gruesa, se convertiría en un problema romperla con el tenedor de postre y comerla junto con la crema-
Distribuyámoslo bien en el fondo del molde y pongámoslo a enfriar durante 10 minutos en el congelador; deberán solidificarse. El chocolate derretido restante lo mantendremos, mientras tanto, en la cacerola del baño María aún caliente, sin encender el fuego.
Después de 10 minutos, sacamos nuestros moldes del congelador y los llenamos casi hasta el borde con la crema de pistacho.
Golpeamos los moldes en la mesa con suavidad para llenar cualquier espacio en el relleno.
Nivelamos la crema con el reverso de una cuchara o con la hoja de un cuchillo y vertemos otra cucharadita abundante de chocolate fundido sobre la crema, nivelando para obtener una base de chocolate lisa y homogénea.
Ponemos en el frigorífico las delicias de pistacho, cerradas en un portatartas, y esperamos al menos un par de horas.
Para sacarlas de los moldes: abrimos cuidadosamente los bordes de los moldes, alejándolos del postre, para poder despegar mejor las delicias.
Cortamos con las tijeras el borde de los moldes en varios puntos y lo quitamos (hice 4 incisiones, espaciadas en el borde de los moldes, tiré hacia abajo, como si fueran lengüetas y se abrieron sin problemas).
Volteamos los postres en los platos de servir, decoramos con granillo de pistachos y voilà… el postre está servido. Las delicias de pistachos y chocolate se pueden conservar en el frigorífico bien cubiertas.
La idea extra. Si al voltear los postres en los platos, la oblea -que estaba en el fondo- se desprendiera de la crema no es un problema; será suficiente volver a aplicarla sobre el postre.
Si temen que el glaseado que se aplica en el fondo pueda tener problemas para desprenderse del molde o podría romperse durante la extracción del postre, apliquen un pequeño círculo de papel de horno con el diámetro del fondo mismo, antes de verter el chocolate.

