Tarta de queso con jarabe de granada

Es tiempo de granadas llenas de frutos ya maduros. He preparado una tarta de queso enriquecida con jarabe de granada rojo rubí, fácil y rápida de hacer. Se trata de una tarta fría de nevera que también se puede hacer con ingredientes sin gluten, sin lactosa, facilísima, elegante, refinada, adecuada para el almuerzo del domingo y ocasiones especiales.

  • Dificultad: Muy fácil
  • Costo: Medio
  • Tiempo de reposo: 12 Horas
  • Tiempo de preparación: 30 Minutos
  • Porciones: 10
  • Métodos de Cocción: Cocina
  • Cocina: Italiana
  • Estacionalidad: Otoño, Invierno

Ingredientes

  • 200 g Galletas (también sin gluten)
  • 90 g Mantequilla derretida (también sin lactosa)
  • c.s. cáscara de naranja (rallada)
  • 2 granadas
  • 1 naranja
  • c.s. Azúcar granulada
  • 375 g queso para untar (también sin lactosa o vegetal)
  • 375 ml nata fresca para montar (también sin lactosa o vegetal)
  • 2 cucharadas Azúcar granulada
  • 1 cucharadita Licor Strega
  • c.s. Vainilla (Líquida o en pasta)

Herramientas

Algunos consejos antes de empezar.

– La cantidad de azúcar a agregar al jarabe de granada depende de la cantidad de jugo extraído. En mi caso, he extraído aproximadamente 180 mililitros de jugo de 193 gramos de semillas de granada y he añadido 1 cucharada de azúcar granulada y una pizca de sal fina.

– Al final de la cocción, el jugo se habrá reducido bastante (de hecho, obtuve poco más de 76 mililitros, más que suficientes para decorar y acompañar cada porción individual de tarta de queso).

– Prefiero usar la cáscara de naranja para aromatizar y espesar el jarabe; encuentro que combina mejor con la granada.

– Podemos usar todo tipo de galletas, con y sin gluten, para la base: desde las más clásicas «digestive», hasta las de mantequilla, las petit, y así sucesivamente.

– El molde que he usado es redondo, no desmontable, con bordes altos de 5 centímetros y mide 20 centímetros de diámetro. Podemos forrarlo con dos hojas de papel pergamino superpuestas, que deben sobresalir del propio molde, para poder extraer la tarta de queso cómodamente y sin problemas.

Comencemos preparando la base de galletas.

Triturémoslas muy, muy finamente y transfiramos a un bol grande.

Derretimos la mantequilla con un poco de cáscara rallada de una naranja.

Tan pronto como la mantequilla se derrita, vertámosla en el bol con las galletas y mezclemos rápidamente con una cuchara de madera para que sea completamente absorbida por las galletas.

Vertamos la mezcla obtenida en el molde y aplastémosla uniformemente con un machacador de carne o con el dorso de la cuchara.

Cubrámos el molde con film transparente y coloquémoslo en el frigorífico durante una hora.

Mientras tanto, nos encargaremos de la crema de queso.

Vertamos la nata fresca bien fría del frigorífico en una batidora o en un bol.

Comencemos a montarla comenzando con la velocidad más baja, pasando poco a poco a la más alta.

Cuando la nata adquiera una consistencia más espesa, agregaremos el queso para untar, unas gotas de vainilla (o la punta de una cucharadita, si usas la en pasta) y continuamos montando algunos segundos más para que los ingredientes se mezclen perfectamente.

Si te gusta, en este punto podrías agregar una cucharadita de licor de granada o Strega.

La consistencia final de la crema debe ser espumosa, aireada, compacta.

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Después de una hora, sacamos la base de la tarta de queso y agregamos la crema de queso.

Nivelémosla bien y golpeemos suavemente el molde sobre la mesa para que no queden espacios vacíos en el relleno. Volvamos a colocar en el frigorífico bien cubierto.

Ahora nos encargaremos del jarabe de jugo de granada.

Cortemos las dos granadas en 4 cuartos cada una y procedamos a desgranar las semillas en un plato. Debemos eliminar perfectamente la cutícula presente dentro del fruto, que cubre las semillas ya que es muy amarga.

Podemos extraer el jugo con un extractor o con un prensador de patatas.

Hecho esto, vertamos el jugo en un cazo de fondo grueso, agreguemos el azúcar y las cáscaras de una naranja (sin la parte blanca interna, también amarga).

Llevemos al fuego más pequeño a llama media baja y removamos muy a menudo durante solo 15 minutos, si deseamos una consistencia fluida como la miel, o durante solo 20 minutos si deseamos un jarabe muy concentrado que al enfriarse se convertirá casi en gelatinoso.

La consistencia del jarabe cambiará a medida que se enfríe, volviéndose más denso.

Después de 15 o 20 minutos (dependiendo de la consistencia final que deseemos obtener) apagamos inmediatamente, alejamos el cazo de los fogones y lo vertemos en un vaso o en un cuenco para servir.

La tarta de queso debe reposar en el frigorífico durante 12 horas, para poder expresar todos sus aromas y sabores.

En el momento de servirla, podremos decidir si decorarla con un hilo de jarabe.

Completamos la tarta de queso

Después de cortar las porciones, cada comensal podrá servirse de jarabe de granada para completar el postre.

La idea extra. Podemos enriquecer la tarta insertando una capa de jarabe en medio del relleno. Vertemos la mitad de la crema en el molde, la nivelamos, pincelamos la superficie con una capa de jarabe (no más porque es soluble en agua y al contacto con la humedad de la crema, el jarabe se disolvería, volviéndose líquido), añadimos la otra mitad de crema, nivelamos y va al frigorífico.

¡Buen provecho!

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mielefarinaefantasia

Recetas fáciles para el día a día y ocasiones especiales, para todos los días y para todos los gustos, incluso sin gluten.

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