Pasos

• Primero lavamos los brócolis, cortamos las puntas y eliminamos los tallos (o se pueden reutilizar para otras recetas o para hacer una salsa con la que acompañar las albóndigas). Transferimos las puntas a una olla con agua fría y encendemos el fuego; una vez que hierva, las cocemos durante unos diez minutos.
  Mientras tanto, cortamos la provola en cubos.

  

• Transferimos los brócolis a un procesador de alimentos y los trituramos. Los vertemos en un bol y añadimos el queso parmesano rallado, el pan rallado, una pizca de pimienta, la sal y un huevo. Mezclamos bien hasta obtener una mezcla homogénea y suave.

  

• Tomamos una cucharada de la mezcla y comenzamos a compactarla bien con las manos; en el centro añadimos un cubo de provola y cerramos bien formando una albóndiga. Repetimos el procedimiento hasta obtener unas 14 albóndigas. Una vez listas, las pasamos por el pan rallado (al que puedes añadir una pizca de sal y, si te gustan, algunas especias al gusto).

  

• COCCIÓN EN FREIDORA DE AIRE
  Transferimos las albóndigas de brócoli al cestillo de la freidora de aire, añadimos un rocío de aceite y las cocinamos a 190°C durante 12 minutos; si es necesario, gíralas a mitad de cocción.

  COCCIÓN EN HORNO
  Colocamos las albóndigas en una bandeja, añadimos un chorrito de aceite y las cocinamos en el horno caliente a 200°C durante unos 25-30 minutos, hasta que estén bien doradas.

  COCCIÓN EN SARTÉN
  Como alternativa, puedes cocinarlas en sartén: vierte un chorrito de aceite (EVO o de semillas), una vez caliente añadimos las albóndigas y las cocinamos unos minutos por lado, hasta que estén doradas.

  Servimos así o con un poco de albahaca fresca. ¡Buen provecho!