FOCACCIA SUAVE SIN AMASADO Sí, has leído bien, ¡sin amasado! Esta focaccia la prepararemos sin ensuciarnos las manos porque bastará un bol y unas varillas y haremos una focaccia tan suave que podrás hundir la nariz en ella. Ahora no me extiendo más porque estoy deseando explicarte cómo preparar la focaccia suave sin amasado, ¡sígueme en la cocina!
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- Dificultad: Fácil
- Costo: Muy económico
- Tiempo de reposo: 4 Horas
- Tiempo de preparación: 10 Minutos
- Porciones: 8Piezas
- Métodos de Cocción: Horno
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Todas las estaciones
Ingredientes para una focaccia suave sin amasado de aproximadamente 30x40cm
- 500 g harina 00
- 6 g levadura fresca
- 2 cucharadas azúcar
- 1 cucharadita sal
- 450 g leche (tibia)
- 15 g aceite de girasol
- 3 huevos
- 100 g jamón cocido
- 100 g mortadela
- 200 g provola
Herramientas útiles para preparar la focaccia suave sin amasado
- 1 Bandeja de horno
- 1 Batidora eléctrica
- 1 Papel de horno
Preparación de la focaccia suave sin amasado
Como se anticipó en la introducción, la preparación de esta focaccia es realmente rapidísima, las cantidades de levadura que indico en la receta son adecuadas si se puede dejar fermentar unas 4 horas, de lo contrario, si quieres hornear en dos horas tendrás que duplicar la cantidad de levadura.
En un bol ponemos la harina, el azúcar y la sal y añadimos la levadura desmenuzada (si quieres, puedes disolverla también en la leche).
Añadimos la leche apenas tibia, el aceite de girasol y, finalmente, los huevos y ahora mezclamos con las varillas eléctricas durante unos minutos hasta obtener una masa esponjosa y lisa. Cerramos el bol con una tapa o con film transparente y dejamos reposar en un lugar tibio durante unas 4 horas.
Pasadas las horas de reposo, retomamos la masa y vertemos la mitad sobre una bandeja grande cubierta con papel de horno, con la ayuda de una espátula nivelamos bien hasta cubrir toda la superficie y luego rellenamos primero con una capa de embutidos, luego queso y finalmente otra capa de embutidos.
Uno de los aspectos más bonitos de esta focaccia es que es perfecta para aprovechar sobras de embutidos y quesos que a menudo tenemos en el frigorífico y no sabemos cómo utilizar, en mi caso tenía jamón cocido y mortadela y como quesos provola y mozzarella para pizza, puedes combinarlos como prefieras, lo importante es no usar mozzarella fresca que soltaría demasiado líquido durante la cocción.
Cubrimos la focaccia con la otra mitad de la masa y nivelamos bien, luego horneamos a 180° durante unos 15 minutos hasta que esté bien dorada. Dejamos que se temple unos minutos y luego podremos cortarla y disfrutarla en toda su delicia!
Un consejo más:
* Si quieres una masa más sabrosa, puedes añadir 50 g de queso parmesano rallado a la harina;
* La focaccia suave sin amasado se conserva bien cerrada en aluminio por un máximo de dos días;
* Utiliza solo horno estático; si solo tienes horno ventilado, baja la temperatura 10° (es decir, cocina a 170°).

