La cocina tradicional napolitana es una sinfonía de sabores, con platos genuinos que se han transmitido de generación en generación, como el pollo allo scarpariello. Muchos conocen la pasta allo scarpariello, un primer plato delicioso a base de tomate fresco y queso, ingredientes que en otro tiempo difícilmente podían faltar en la casa incluso del más humilde de los artesanos: lo scarpariello precisamente, es decir, el zapatero.
El pollo allo scarpariello tiene el mismo origen humilde: pollo en trozos cocido a la cazuela y sazonado con tomate, cebolla y un toque de guindilla. Al igual que otros platos de la tradición napolitana, pienso por ejemplo en el clásico ragú napolitano, el pollo allo scarpariello permitía reunir en una sola preparación una comida completa: con la salsa de cocción, de hecho, se condimentaba la pasta, de modo de aprovechar al máximo el sabor y el nutrimento de la carne.
El pollo allo scarpariello representa la excelencia de la cocina italiana: ingredientes de calidad, preparación sencilla y un resultado de sabor extraordinario. No dudes en compartir este plato con tu familia y amigos para una experiencia gastronómica inolvidable.
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- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Muy económico
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 4 personas
- Métodos de Cocción: Fogón
- Cocina: Regional Italiana
- Región: Campania
- Estacionalidad: Todas las estaciones
Ingredientes para el pollo allo scarpariello
- 1 kg pollo (en trozos)
- q.b. harina 00 (opcional; para la versión sin gluten usé harina de arroz)
- 250 g tomatitos (o San Marzano)
- 1/2 cebolla
- 5 hojas albahaca
- 1 ramito perejil
- 3 cucharadas aceite de oliva virgen extra
- 1 guindilla
- q.b. sal
- q.b. pimienta
Herramientas
- 1 Tabla de cortar
- 1 Cuchillo
- 1 Cazuela de hierro fundido
- 1 Tapa
- 1 Tazón
Cómo preparar el pollo allo scarpariello
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Para preparar el pollo allo scarpariello lo primero que debes hacer es cortar el pollo en trozos no demasiado grandes. Si prefieres un plato más ligero, puedes quitar toda o parte de la piel, yo la dejé.
Si usas tomatitos córtalos por la mitad (1); si usas tomates de rama o San Marzano, escáldalos durante unos segundos y pélalos, luego córtalos en cubos. Corta la cebolla en rodajas finas (2).
En un plato o en un tazón, vierte un poco de harina (yo usé harina de arroz sin gluten) y enharina ligeramente los trozos de pollo uno por uno (3). Este paso es opcional, sirve para hacer la salsita un poco más densa y cremosa, pero es altamente recomendable si usas pollo sin piel, de esta manera evitarás que se seque demasiado cuando lo doras.
En una cazuela de hierro fundido o una cazuela de fondo grueso, si tienes una de barro es perfecta para esta receta, calienta bien un poco de aceite con una guindilla picante picada (4).
Coloca los trozos de pollo uno al lado del otro (5) y dóralos a fuego lento durante 2-3 minutos, luego dales la vuelta y dóralos también por el otro lado; sala abundantemente y añade pimienta (6).
Añade ahora los tomates y las cebollas (7), un poco de sal y mezcla bien (8). Cubre la cazuela con una tapa y cuece a fuego lento durante unos 30 minutos.
Pasado el tiempo de cocción, quita la tapa (9) y verifica que el pollo esté bien cocido (los tiempos pueden variar según el tamaño de los trozos de pollo). Luego, continúa la cocción durante un par de minutos sin tapa, solo el tiempo necesario para espesar ligeramente la salsa (10).
Apaga el fuego y completa el plato con abundante perejil picado y albahaca troceada. Puedes servir el pollo allo scarpariello adornado con un poco de su salsa y usar el resto para condimentar un buen plato de espaguetis, o para disfrutar de un delicioso «scarpetta».
Conservación
El pollo allo scarpariello puede ser cocinado con anticipación y conservado a temperatura ambiente durante 4-6 horas. Por más tiempo es mejor guardarlo en la nevera, donde se mantiene bien durante 3 días.
Consejos y variantes
Dado que es un plato antiguo y casero, es difícil establecer cuál es la receta original del pollo allo scarpariello, ya que se preparaba con lo que había en casa. En algunas recetas, por ejemplo, se utilizan pimientos dulces en lugar de guindilla picante, en otras el pollo se rocía con un poco de vino blanco antes de añadir el tomate. En invierno, cuando los tomates no están en plena temporada, puedes optar por unos buenos tomates pelados.

