Marruecos es sin duda uno de los destinos ya visitados que merece una exploración más profunda.

He visto muy poco de su vasta cultura y sobre todo he comido muy poco de su cocina y lo he hecho más a menudo en otros lugares, que en el propio país.

Si ya en la primera parte de «Giro del mundo en 80 platos» había expresado mi deseo de conocer la cultura bereber, en esta segunda parte renuevo mi deseo e interés por un país y una cocina muy fascinantes…

Esta vez mi elección ha recaído en un dulce muy particular, que también se puede cocinar como «salado»: el seffa.

La receta del seffa «medfouna» es de hecho «con sorpresa» (medfoun = sorpresa) donde la sorpresa es la carne.

Se trata de un plato bereber a base de sémola, una especie de cuscús dulce con almendras tostadas, azúcar glas y canela.

Generalmente se utiliza una pasta llamada chaariya (ver foto abajo): un ingrediente popular que también se usa en sopas y que tiene la clásica forma de cabellos de ángel o fideos, pero muchos también lo hacen con cuscús o con arroz.

Siguiendo la tradición, el seffa se colocaría en el centro de la mesa y cada comensal come directamente de su lado.

Este plato se consume generalmente al final de la comida antes del postre.

Se sirve a menudo durante las ceremonias nupciales tradicionales y las comidas familiares.

La versión tradicional de la receta, prevé el uso de la cous cousiera, es decir, la olla que se utiliza para cocinar el cuscús.

La pasta, tratada previamente con agua y aceite, se coloca en la olla con agujeros que se coloca sobre una olla grande.

Todo se cierra con una tapa y se deja cocinar al vapor.

Esta es la receta «rápida» con hervido.