Preparación

• Comenzad preparando la masa de las galletas: colocad la mantequilla blanda en un bol y añadid el azúcar. Batid con las varillas eléctricas (o con la batidora usando el gancho de pala) hasta obtener una crema lisa y esponjosa.

  

• Agregad a la crema de mantequilla los huevos y las especias, y trabajad hasta que los huevos estén completamente incorporados. Incorporad luego la harina poco a poco, hasta obtener una masa similar a la masa quebrada. Dejadla reposar en el frigorífico durante unos 30 minutos. Si la masa no resulta pegajosa al tacto (depende de la temperatura), también podéis trabajarla de inmediato sin necesidad de reposo.

  

• Formad 14 bolas de aproximadamente 70 g cada una y, esta vez, os recomiendo dejarlas reposar cubiertas en el congelador. En la receta original de las cookies, el reposo de las bolas puede durar incluso hasta 48 horas en el frigorífico para una cocción perfecta, pero os aseguro que un reposo de al menos 30 minutos en el congelador dará igualmente excelentes resultados.
  Mientras las cookies reposan, podéis dedicaros a otras preparaciones.

  

• Verted todo el azúcar previsto para el caramelo en un cazo antiadherente y calentad a fuego medio. Mientras tanto, calentad la nata: podéis hacerlo en la estufa o, como sugiero yo, en el microondas, hasta llevarla casi a ebullición.
  Cuando el azúcar se haya disuelto completamente y comience a dorarse, retirad el cazo del fuego y añadid la nata caliente. Durante la fusión del azúcar podéis mezclar suavemente para evitar que se pegue, teniendo cuidado de no mezclar demasiado enérgicamente, de lo contrario se enfría y se espesa. La nata debe estar bien caliente al momento de la unión.

  

• Después de haber mezclado bien la nata con el azúcar, añadid la mantequilla fría en trozos y mezclad con un tenedor o un batidor de mano hasta obtener una mezcla homogénea. Finalmente, añadid una pizca de sal: ¡vuestro caramelo salado está listo!
  Os aconsejo transferirlo a un recipiente de vidrio para que se enfríe completamente.

  

• Es el momento de preparar la mezcla de manzana: pelad las manzanas y cortadlas en cubos. Colocadlas en una sartén antiadherente con la mantequilla, la canela, el azúcar moreno y el zumo de limón.
  Cocinad a fuego moderado, cubriendo con una tapa, durante 15-18 minutos, hasta que las manzanas estén blandas. Removid de vez en cuando y tened cuidado de no dejar evaporar todo el jugo que se forma durante la cocción.

  

• Cuando las manzanas estén cocidas, deberían contener aún un poco de líquido. Para espesarlo, preparamos la «cornstarch slurry» (nuestra salsa espesante 😄): en un vaso, mezclad el almidón de maíz con el agua prevista y removed hasta obtener una mezcla homogénea.
  Añadidlo a las manzanas; al enfriarse, la mezcla se volverá más densa. Para acelerar el enfriamiento, os aconsejo transferir las manzanas a un bol de vidrio.

  

• Hemos llegado a la fase final: la cocción de las cookies. Antes de hornearlas, pasad las bolas por la mezcla de azúcar. Para hacerlo, verted todos los ingredientes previstos en un plato hondo. Sacad las bolas de galleta del congelador y rodadlas en la mezcla, cubriendo bien toda la superficie.
  Colocadlas luego en una bandeja forrada con papel de horno, dejando suficiente espacio entre una bola y otra porque en la cocción las cookies se expandirán. Se necesitarán dos bandejas, y os recomiendo hornear una a la vez para una cocción más uniforme.
  Coced en horno precalentado a 185°C durante unos 10-12 minutos. Revisad las galletas después de 10 minutos: no deben volverse duras, sino permanecer blandas en el centro.

  

• Una vez horneadas, dejad templar las galletas durante unos 2 minutos. Con la parte cóncava de una cuchara, creáis una pequeña depresión en el centro de cada galleta, teniendo cuidado de no presionar demasiado: de lo contrario, las cookies podrían agrietarse, como nos pasó a nosotros.
  En este punto, rellenad la cavidad con la mezcla de manzanas, abundando un poco. Si el relleno está bien enfriado, permanecerá blando sin desbordarse de la galleta.

  

• ¡El resultado final son deliciosas galletas de tarta de manzana listas para disfrutar! Ahora podéis divertiros decorándolas con el caramelo salado. Yo, como se muestra en la foto al inicio de la receta, simplemente tracé líneas cruzadas sobre la galleta usando un cuchillo sumergido en el caramelo, pero podéis dar rienda suelta a vuestra imaginación. Si lo preferís, también podéis no usar el caramelo: las galletas seguirán siendo deliciosas.