La tarta de rosas vegana de calabaza y canela es la versión otoñal y cruelty-free de la clásica torta mantovana. Suave, aromática y sin huevos ni mantequilla, es perfecta para quienes buscan un dulce esponjoso y ligero, pero con un sabor intenso.
La calabaza en la masa aporta suavidad y humedad natural, mientras que la canela añade el aroma típico de los cinnamon roll. El uso de aceite de semillas en lugar de mantequilla hace que el dulce sea más ligero, pero igualmente delicioso.
Perfecta para el desayuno o la merienda, esta tarta vegana también es hermosa para llevar a la mesa: muchos rollitos que se abren en forma de “rosa” y crean un dulce espectacular. Puedes personalizarla con azúcar de caña, cáscara de naranja, chispas de chocolate o frutos secos. Perfecta para el desayuno pero también a la hora del té… o para llevar a una cena con amigos!
- Dificultad: Fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de reposo: 8 Horas
- Tiempo de preparación: 30 Minutos
- Porciones: 12
- Métodos de Cocción: Horno
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Primavera, Otoño, Otoño, Invierno
Ingredientes
La cantidad de harina y líquidos en la tarta de rosas vegana de calabaza puede variar mucho dependiendo de lo seca o húmeda que esté la calabaza que uses. Por eso, mi consejo es que añadas los líquidos sólo después de haber incorporado la calabaza y regulándolos poco a poco, hasta obtener una masa suave pero no pegajosa.
Además, puede ser útil reservar unos 50 g de harina extra: en caso de que la masa esté demasiado suave o húmeda, podrás añadirla poco a poco hasta obtener la consistencia perfecta para trabajar y enrollar los rollitos.
Este simple truco te ayuda a preparar una tarta de rosas de calabaza suave y vegana, sin riesgo de masas demasiado pegajosas o difíciles de manejar.
- 550 g harina 0
- 130 g masa madre
- 200 g calabaza (puré)
- 170 g bebida de almendra (sin azúcares)
- 30 g aceite de semillas
- 30 g agua
- 20 g azúcar
- 25 g azúcar de caña
- 1 vaina vainilla
- 2 g canela en polvo
- 5 g sal
- 50 g azúcar de caña
- 25 g aceite de semillas
- 3 g canela en polvo
- 40 g azúcar glas
- 20 g agua
- 2 g canela en polvo
Herramientas
- 1 Batidora de inmersión
- 1 Amasadora
- 1 Tabla de amasar
- 1 Rodillo
- 1 Raspador de metal
- 1 Molde para tarta
Pasos
Corta la calabaza elegida por la mitad y quita las semillas. Coloca las partes en el horno y cocina a 180°C durante 20-25 minutos, hasta que la pulpa esté suave y fácil de trabajar.
Con una cuchara, extrae la pulpa cocida y transfiérela a un bol. Tritúrala con una batidora de inmersión hasta obtener un puré liso y homogéneo. Deja enfriar completamente antes de proceder con la masa de la tarta de rosas vegana de calabaza y canela.
En la amasadora, usando la pala plana, desmenuza la masa madre previamente refrescada y duplicada. Añade 80 g de líquidos: yo prefiero mezclar agua y bebida de almendra por comodidad, pero también puedes usar sólo agua. Mezcla brevemente para amalgamar.
Añade el azúcar de caña integral, que dará un aroma intenso a la preparación. Comienza la amasadora a baja velocidad para amalgamar bien los ingredientes.
Asegúrate de que la masa madre esté completamente disuelta en los líquidos y el azúcar antes de proceder al siguiente paso. Esto garantiza una fermentación uniforme y óptima de la masa.
Con la amasadora en funcionamiento a baja velocidad, añade el puré de calabaza enfriado. Recomiendo añadirlo poco a poco para poder controlar mejor la humedad de la masa y obtener la consistencia adecuada.
Cuando el puré de calabaza se haya absorbido completamente, añade el azúcar blanco. Como alternativa, puedes optar por mezclar los dos tipos de azúcar y usar la mitad junto con la masa madre y la otra mitad en este paso: el resultado será igualmente equilibrado y aromático.
Comienza a añadir la harina: para controlar mejor la humedad de la calabaza, recomiendo añadir al menos la mitad antes de proceder con los líquidos. Una vez absorbida, continúa alternando los líquidos con la harina restante, para obtener una masa equilibrada y fácil de trabajar.
Al final de la incorporación de líquidos y harinas, la masa deberá presentarse aún cruda, pero ya capaz de agarrarse a la pala plana. Esta consistencia indica que puedes proceder con los siguientes pasos del proceso. Como alternativa, se puede intentar agregar harina o líquidos según el problema encontrado.
Sustituye la pala plana por el gancho, aumenta la velocidad y comienza a trabajar la masa para que se incorde. Estará lista para el próximo paso cuando se vea brillante, bien agarrada al gancho y con las paredes del bol completamente limpias.
Añade el aceite de semillas y deja que la masa vuelva a incordarse. Cuando esté nuevamente compacta, añade los aromas: la canela y las semillas de la vaina de vainilla. Mezcla bien todo, luego añade una pizca de sal para cerrar la masa. Continúa trabajando hasta que esté nuevamente bien incordada: en este punto, ¡la masa está lista!
Transfiere la masa a un contenedor ligeramente aceitado y déjala reposar a temperatura ambiente. Después de aproximadamente una hora, realiza tres series de pliegues “slap and fold” para fortalecer la estructura. Luego cierra el contenedor y coloca la masa en el frigorífico durante toda la noche, para que desarrolle aromas y suavidad.
Al día siguiente, saca la masa del frigorífico y déjala aclimatar a temperatura ambiente. Mientras tanto, prepara el relleno: en un bol pequeño, mezcla el azúcar de caña y la canela hasta obtener una mezcla uniforme y aromática.
Añade el aceite de semillas en hilo mientras mezclas.
El relleno deberá ser espeso y consistente, con una textura similar a la de la melaza, de manera que se adhiera bien a la masa sin escurrirse.
Recupera la masa, que deberá estar casi duplicada, y voltéala sobre una tabla de amasar. Yo prefiero una de acero, porque las masas no se pegan; si usas una tabla de amasar de madera, conviene cepillarla con un poco de aceite de semillas para evitar que la masa se pegue.
Con un rodillo, extiende la masa hasta formar un rectángulo de aproximadamente 40×30 cm, listo para ser rellenado.
Extiende todo el relleno sobre la masa extendida, dejando un borde de unos centímetros a lo largo de los bordes, para que el cierre sea más fácil y limpio.
Enrolla delicadamente la masa rellena como un largo salchichón, siguiendo el ejemplo de la foto. Asegúrate de sellar bien los extremos para evitar que el relleno se escape durante la fermentación y la cocción.
Una vez enrollada la masa, usa un raspador de metal o un cuchillo bien afilado para cortar rollos, cada uno de la altura del molde que piensas utilizar. De esta forma las rosas mantendrán su forma durante la cocción.
A medida que cortas los rollos, colócalos en un molde de 24-26 cm ligeramente rociado con desmoldante alimentario. Luego cúbrelos con una tapa de silicona o con film transparente para la última fermentación, para que las rosas crezcan suaves y uniformes.
Cuando los rollos están casi duplicados en volumen, enciende el horno a 180°C. Antes de hornear, pincela delicadamente la superficie con un poco de bebida de almendra para obtener una cocción uniforme y un dorado ligeramente brillante.
Hornea la tarta de rosas vegana de calabaza y canela durante unos 40 minutos a 180°C. Gracias a la calabaza y al relleno, la tarta no debe resultar completamente seca: el interior permanecerá suave y aromático, mientras que la superficie estará dorada.
Justo al salir del horno la tarta de rosas, puedes preparar el glaseado. En un bol pequeño, mezcla azúcar glas y canela hasta obtener una mezcla uniforme y aromática, lista para decorar el dulce.
Añade un poco de agua caliente al azúcar glas y la canela, mezclando rápidamente hasta obtener un glaseado liso y ligeramente fluido. Ahora estás listo para glasear la tarta de rosas vegana de calabaza y canela y hacerla aún más deliciosa y aromática.
Pincela delicadamente la tarta de rosas vegana de calabaza y canela con el glaseado preparado.
Déjala enfriar completamente antes de cortarla y disfrutarla, para que el glaseado se asiente y los sabores se mezclen a la perfección.
¡La tarta de rosas vegana de calabaza y canela está finalmente lista para disfrutarse! Suave, aromática y delicadamente dulce, es perfecta en cualquier momento del día: ideal para el desayuno o la merienda, para compartir con amigos y familiares.
La tarta de rosas vegana de calabaza y canela se conserva bien a temperatura ambiente durante 2-3 días si se guarda en un recipiente hermético o cubierta con film transparente, lejos de fuentes de calor. En el frigorífico puede durar hasta 5 días, pero conviene dejarla volver a temperatura ambiente antes de disfrutarla, así mantendrá toda su suavidad y el aroma de los sabores.
En cuanto a las variantes, la versión básica con azúcar de caña y vainilla ofrece un aroma intenso, pero quienes prefieren un dulce más claro o de sabor más neutro pueden usar azúcar refinado. Los sabores son fácilmente personalizables: puedes añadir cáscara de naranja, nuez moscada o clavos de olor para un toque aún más otoñal. Además, el relleno se presta a diferentes interpretaciones: además de la mezcla clásica de azúcar y canela, puedes añadir chispas de chocolate negro o frutos secos picados. Para quienes quieren experimentar, también existe la posibilidad de una versión salada, sustituyendo azúcar y sabores por requesón vegetal y especias, para una idea perfecta para brunch o aperitivos.
FAQ (Preguntas y Respuestas)
¿Puedo hacer la tarta de rosas vegana de calabaza y canela sin masa madre?
Sí, puedes sustituir la masa madre por levadura de cerveza seca o fresca, pero los tiempos de fermentación cambian:
Para levadura seca: utiliza alrededor de 7-8 g (1 sobre) y disuélvela en los líquidos de la masa. La masa puede requerir 2-3 horas a temperatura ambiente para la primera fermentación, en lugar de la larga fermentación en el frigorífico.
Para levadura fresca: utiliza alrededor de 15-20 g, disuelta en los líquidos, con tiempos de fermentación similares.
Después de la primera fermentación, forma los rollos y deja la última fermentación de 45-60 minutos antes de hornear, hasta que estén casi duplicados en volumen.
Nota: usando levadura de cerveza, la masa crecerá más rápido y los aromas serán ligeramente diferentes, pero el resultado será igualmente suave y fragante.¿Se puede congelar?
Sí, una vez cocida y completamente enfriada, puedes congelar la tarta entera o en porciones. Envuelve bien en film transparente o colócala en un recipiente hermético apto para congelador. Cuando desees disfrutarla, descongela a temperatura ambiente y, si lo prefieres, calienta ligeramente las porciones para devolverles su suavidad y fragancia.
¿Qué tipo de calabaza usar?
Las variedades más adecuadas son Delica, Mantovana o Butternut, con pulpa dulce, firme y seca. Este tipo de calabaza garantiza una masa suave sin volverse demasiado líquida.

