Hay un aroma que, más que cualquier otro, evoca al instante el verano: el de la ensalada de patatas, judías verdes y atún que se templa en la mesa de la cocina.
Es un plato único que sabe a comidas familiares, a días de playa y a esa sencillez genuina que todos buscamos cuando el calor empieza a hacerse sentir.
Es la reina indiscutible del menú veraniego, perfecta para preparar con antelación y disfrutar fría, tal vez acompañada por algún delicioso tostada de salmón rojo para abrir el apetito.
Pero seamos honestos: ¿cuántas veces nos ha pasado prepararla y obtener un resultado algo decepcionante?
Patatas que se deshacen, judías tristemente blandas, un aliño insípido…
La línea entre una obra maestra de frescura y un plato banal, lamentablemente, es finísima.
Por eso hoy no os daré solo una receta.
Os revelaré mis secretos familiares y, sobre todo, los 5 errores que no debes cometer nunca más para transformar este clásico en un plato de restaurante.
Claro, cuando se trata de comidas rápidas y ligeras, a veces apetece variar con algo igual de sabroso, como unas delicadas albóndigas de carne en salsa, pero el encanto de esta gran ensalada sigue siendo inigualable.
Es el plato que soluciona un almuerzo cuando no tienes ganas de cocinar, pero también una cena ligera y nutritiva.
Un poco como esa colorida ensalada Mediterránea de Altramuces y Aguacate, es uno de esos caballos de batalla que nunca cansan y ponen de acuerdo a todos.
Pero hoy la protagonista absoluta es ella.
¿Estáis listos para descubrir cómo hacerla realmente inolvidable?
¡Ahora todos a la cocina, empezamos!
Psst… un último consejo antes de comenzar. En este post también encontrarás la vídeo receta completa. Si te gusta mi estilo, no dudes en visitar mis canales de TikTok y YouTube: están llenos de otras ideas rápidas y fáciles. ¡Te espero allí!
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- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Muy económico
- Tiempo de reposo: 15 Minutos
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 4
- Métodos de Cocción: Hervido
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Primavera, Verano, Verano
- Energía 325,57 (Kcal)
- Carbohidratos 35,21 (g) de los cuales azúcares 7,07 (g)
- Proteínas 27,46 (g)
- Grasa 9,07 (g) de los cuales saturados 1,53 (g)de los cuales insaturados 4,53 (g)
- Fibras 6,19 (g)
- Sodio 516,89 (mg)
Valores indicativos para una ración de 480 g procesada de forma automatizada a partir de la información nutricional disponible en las bases de datos CREA* y FoodData Central**. No se trata de consejos alimentarios y/o nutricionales.
* CREATES Centro de Investigación sobre Alimentación y Nutrición: https://www.crea.gov.it/alimenti-e-nutrizione https://www.alimentinutrizione.it ** Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, Servicio de Investigación Agrícola. FoodData Central, 2019. https://fdc.nal.usda.gov
Ingredientes
- 800 g patatas nuevas
- 600 g judías verdes
- 320 g atún en aceite (Peso escurrido)
- 1 cebolla roja de Tropea (Grande)
- 5 cucharadas aceite de oliva virgen extra
- 4 cucharadas vinagre de vino blanco
- 1 pizca sal
- 1 pizca pimienta negra
- Unas hojas albahaca
Herramientas
- 1 Bol Pyrex
- 1 Colador Kitchencraft
Pasos
La preparación y cocción de las verduras:
Comencemos por lo básico: las patatas. El primer secreto, el que realmente cambia el resultado final, es elegir la variedad correcta.
No tiene sentido darle vueltas, para esta receta se necesitan patatas de carne amarilla, bien firmes, de las que no se deshacen al cocer.
Lávalas bien bajo el agua, cepillando la piel sin quitarla, ahí reside el sabor rústico.
Mientras ellas se cuecen en agua hirviendo y salada, nos dedicamos a las judías: córtales las puntas y, si son largas, córtalas ya por la mitad.
Cuando a las patatas les falten unos diez minutos, echa también las judías en la misma olla.
Una vez cocido todo, escurre y aquí llega otro paso clave para un resultado de restaurante: sumerge inmediatamente las judías en un bol con agua y hielo.
Este choque térmico las mantendrá crujientes y de un verde brillante.
Confía en mí, hace la diferencia entre una judía buena y una espectacular.
El aliño
Ahora, mientras las verduras se templan, preparamos el motor de esta ensalada: el aliño.
No cometas el error de verter aceite y vinagre directamente en el bol con las patatas y judías.
Tómate un minuto: en una tacita vierte el aceite, el vinagre, sal, pimienta y bate con un tenedor como si no hubiera mañana.
Debes obtener una crema densa, una emulsión.
Es esta la que envolverá cada ingrediente, haciendo el plato homogéneo y sabroso.
El ensamblaje
En un bol grande pon las patatas cortadas en gajos, que deberán estar aún ligeramente tibias.
Esto es fundamental porque la patata, al estar caliente, absorbe el aliño de una manera única, volviéndose sabrosa hasta el corazón.
Añade las judías, bien crujientes, y el atún.
Por favor, escúrrelo a la perfección, casi exprimiéndolo: cuanto menos aceite superfluo haya, más limpio y definido será el sabor del plato.
Completa con la cebolla de Tropea, cortada finamente, y vierte tu emulsión.
Ahora mezcla, pero con delicadeza, de abajo hacia arriba.
Trátala con amor, no estamos mezclando cemento.
El emplatado y el reposo final
Ya está. La ensalada está lista para ser colocada en un bonito plato de presentación, pero antes del asalto final, concédele un último regalo: al menos un cuarto de hora, incluso media hora, de reposo a temperatura ambiente.
Es en este momento cuando los sabores se «unen», se amalgaman y la magia se produce.
Una generosa cantidad de albahaca fresca troceada a mano solo en el último momento, y el almuerzo, está servido.
Buen provecho
Conservación, Consejos y Variantes:
Esta ensalada de patatas se conserva perfectamente en la nevera, cerrada en un recipiente hermético, por un máximo de 2 días.
Para disfrutarla al máximo, es recomendable sacarla unos veinte minutos antes del servicio, ya que los sabores se realzan a temperatura ambiente.
La receta es una excelente base para personalizar.
Se pueden añadir huevos duros en gajos para hacerla un plato único aún más rico, o aceitunas taggiasche y tomatitos cherry para darle un toque mediterráneo.
En lugar del atún, combinan bien los filetes de caballa o, para una versión vegetariana, unos cubos de mozzarella de búfala.
Independientemente de las variantes, el éxito del plato descansa en tres elementos clave: la elección de patatas de calidad que mantengan la cocción, la crocancia de las judías y un aliño bien emulsionado.
El cuidado de estos detalles es el verdadero secreto de esta receta.
FAQ (Preguntas y Respuestas)
¿Tienes alguna duda sobre esta receta? Aquí encuentras las respuestas a las más comunes.
¿Por qué se deshacen las patatas en mi ensalada?
Muy probablemente depende de la variedad de patatas utilizada.
Para esta receta veraniega es fundamental usar patatas de carne amarilla, firmes y compactas, que mantengan perfectamente la cocción.
Si usas patatas harinosas (las ideales para puré o ñoquis), tenderán a romperse una vez cocidas y mezcladas.
¿Puedo preparar esta ensalada de judías y patatas sin atún?
Absolutamente sí.
Esta receta es deliciosa incluso en versión vegetariana, simplemente omitiendo el atún y tal vez añadiendo huevos duros para hacerla igualmente un plato único nutritivo.
En alternativa, como se sugiere en las variantes, puedes usar cubos de mozzarella u otros tipos de pescado conservado como la caballa.
¿Se pueden usar judías verdes congeladas o enlatadas?
Las judías verdes congeladas son una excelente alternativa a las frescas.
Puedes cocerlas directamente congeladas, siguiendo los tiempos indicados en el paquete, y luego pasarlas por agua y hielo como en la receta.
Desaconsejo el uso de judías enlatadas, porque ya son muy blandas y no tendrían la textura crujiente que buscamos en esta ensalada.
¿Cómo puedo evitar que el aliño sea demasiado aceitoso?
El secreto está en dos pasos.
Primero, asegúrate de escurrir el atún a la perfección, presionándolo ligeramente para eliminar el aceite en exceso.
Segundo, prepara siempre el aliño por separado, emulsionando bien el aceite y el vinagre en un bol antes de verterlo sobre la ensalada.
Esto crea una salsa homogénea que envuelve los ingredientes en lugar de engrasarlos.
¿Esta ensalada de patatas se come caliente o fría?
Da lo mejor de sí servida tibia o a temperatura ambiente.
Si la conservas en la nevera, recuerda sacarla al menos 20 minutos antes de llevarla a la mesa.
Comiéndola demasiado fría, los sabores del aceite y de los demás ingredientes no se percibirían al máximo.

