Hoy os propongo estas ricas y sabrosas albóndigas de carne con salsa, realizadas sin añadir ingredientes que contengan gluten. Son muy fáciles de preparar y tan buenas que gustarán a toda la familia. En mi casa, las albóndigas las preparamos de dos maneras: tanto con la adición en la masa de miga de pan mojada como sin. La versión que prefiero es la con miga de pan húmeda; sin embargo, al no poder usar pan tradicional, resuelvo añadiendo un puré de patatas cocidas que confiere esa humedad justa, contribuyendo a hacerlas agradablemente suaves, jugosas y ricas en sabor. Las albóndigas con salsa sin gluten pueden acompañarse de un guarnición a base de guisantes, pimientos, calabacines, setas, calabaza, etc.

- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de preparación: 20 Minutos
- Porciones: 26
- Métodos de Cocción: Cocción lenta
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Todas las estaciones, Otoño, Invierno y Primavera
Ingredientes
- 1 kg carne picada mixta (vacuno y cerdo)
- 1 huevo entero mediano
- 160 g patatas cocidas
- pimienta molida
- sal fina
- 50 g mezcla de quesos rallados de mesa (pecorino romano y parmesano)
- c.s. pan rallado sin gluten
- c.s. aceite de cacahuete
- 2 cucharadas vino blanco seco
- 1 kg puré de tomate
- 1/2 zanahoria picada (o en rodajas finas)
- 1/4 cebolla roja rallada
- c.s. apio (en trozos)
- c.s. sal fina
- 1/2 vaso agua
- 2 cucharadas aceite de oliva virgen extra
Pasos
Empezamos preparando las albóndigas. Personalmente prefiero usar carne picada mixta compuesta de cerdo y vacuno en partes iguales, porque nos gusta mucho más.
Cocemos la patata con la piel. Cuando esté cocida, la pelamos y la pasamos por el pasapuré, colocando el puré en un cuenco y dejándolo templar durante 10 minutos.
Añadimos, luego, al puré templado, la carne picada, el huevo, la sal fina, la pimienta molida y la mezcla de quesos rallados. Amasamos para mezclar bien todos los ingredientes.
En un bol grande ponemos abundante pan rallado sin gluten.
Comenzamos a formar las albóndigas, tomando una bolita de masa del tamaño deseado. En mi caso, cada albóndiga pesaba entre 43 y 45 gramos.
Rodamos cada albóndiga en el pan rallado y las colocamos en un plato hasta terminar la masa.
Ahora pasamos a la precocción. En una cacerola grande, ancha y baja calentamos 4 cucharadas de aceite de cacahuete, en el quemador medio a fuego fuerte.
Cuando esté caliente, comenzamos a cocinar las albóndigas (todas juntas o unas pocas a la vez, como os sea más cómodo), asegurándonos de que se doren de manera uniforme en toda la superficie (aproximadamente 5 minutos, girándolas a menudo con cuidado).
No se trata de albóndigas fritas, en el sentido tradicional del término; de hecho, no deben cocinarse completamente, sino solo dorarse rápidamente por fuera. La costra que se formará alrededor hará que no se rompan durante la cocción prolongada en la salsa.
A medida que estén bien doradas, las levantamos y las colocamos en un plato.
Podemos decidir preparar la salsa en la misma cacerola de cocción de las albóndigas o en otra. Yo prefiero usar otra cacerola.
En la cacerola elegida para la salsa ponemos el picado de apio, cebolla y zanahoria, añadimos 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra y dejamos que las especias se doren a fuego lento en el quemador medio.
Cuando la cebolla esté translúcida y blanda, añadimos las albóndigas, como se ve en la tercera foto del collage.
Subimos el fuego, espolvoreamos las albóndigas con dos pellizcos de sal fina, vertimos inmediatamente el vino y esperamos a que el alcohol se evapore, antes de añadir el puré de tomate.
Vertemos el puré de tomate y limpiamos la botella del puré con medio vaso de agua que añadiremos a la salsa.
Tapamos la cacerola dejando un resquicio y mantenemos todavía el fuego fuerte durante 10 minutos.
Después de 10 minutos, trasladamos la cacerola al quemador pequeño y, a fuego bajo, dejamos que siga la cocción por aproximadamente una hora y media, recordando dejar siempre un resquicio entre la cacerola y la tapa.
Durante los primeros 30 minutos de cocción, recomiendo evitar (salvo que sea estrictamente necesario y con mucha delicadeza) girar las albóndigas en la salsa con las cucharas, para evitar que se rompan.
A mitad de la cocción ajustad de sal si la salsa resulta demasiado sosá para vuestros gustos.
Nuestras albóndigas sin gluten con salsa están listas.
Buen provecho