La Pinsa Romana es una antigua receta romana que en los últimos años ha experimentado un renacimiento gracias a su ligereza y digestibilidad. El término «pinsa» proviene del latín pinsere, que significa «extender», y de hecho su característica forma rectangular/ovalada la distingue de las pizzas tradicionales. La masa de la pinsa es única y diferente de la de la pizza clásica: una mezcla de harina de trigo, arroz y soja, hidratada con una buena cantidad de agua fría, y dejada reposar durante un largo tiempo de fermentación, usualmente 24 horas, pero puede llegar hasta 72 horas. Este proceso hace que la pinsa sea más suave, ligera y con un sabor rústico irresistible, con una corteza crujiente por fuera y un interior suave y alveolado.
Perfecta para disfrutar con una variedad de ingredientes, desde los clásicos tomate y mozzarella hasta las combinaciones más modernas y creativas.

  • Dificultad: Difícil
  • Costo: Económico
  • Tiempo de reposo: 1 Día 2 Horas
  • Tiempo de preparación: 20 Minutos
  • Porciones: 4Piezas
  • Métodos de Cocción: Horno
  • Cocina: Italiana
  • Estacionalidad: Todas las estaciones

Ingredientes

  • 700 g harina para pinsa romana
  • 4 g levadura de cerveza fresca
  • 500 g agua
  • 12 g sal
  • 10 g aceite de oliva virgen extra

Herramientas

  • Amasadora
  • Bandeja

Pasos

  • Para preparar la pinsa romana, comience tamizando la harina dentro del cuenco de la amasadora. Luego, agregue la levadura desmenuzada y vierta la mitad del agua. Encienda la amasadora con el gancho de gancho, y deje amasar a baja velocidad. Tan pronto como el agua sea completamente absorbida, agregue el aceite y la sal. Y mientras la amasadora sigue trabajando, añada el resto del agua en un hilo fino, para que se incorpore lentamente. Deje amasar unos 15 minutos más, para un total de 20 minutos como máximo. La masa debe quedar bien ligada.
    N.B. También se puede trabajar la masa a mano.
    Transfiera ahora la masa a un cuenco, cúbralo con film transparente y deje fermentar en la nevera durante al menos 24 horas.

    Transcurridas las 24 horas, o un poco más, divida la masa en 4 partes formando bollos. Luego transfiera los bollos a una bandeja enharinada, cúbralos con un paño de cocina y déjelos reposar durante al menos 2 horas a temperatura ambiente.

    Tras el último tiempo de fermentación de los bollos, tome uno y colóquelo sobre una superficie de trabajo espolvoreada con mucha sémola. Espolvoree con un poco de sémola también la superficie del bollo.

    Luego proceda con la extensión. Comenzando desde el borde cercano a usted hacia arriba, presione ligeramente con los dedos para aplastar la masa formando pequeños huecos. Poco a poco, el aire se distribuirá en la masa creando burbujas. Déle una forma lo más rectangular posible. Luego levante cuidadosamente la masa, tratando de eliminar el exceso de sémola y transfiera la pinsa a una bandeja forrada con papel de horno, o alternativamente en la piedra refractaria precalentada. En ambos casos, la pinsa se coloca en el horno a 230° durante 8 minutos si se desea una precocción, o 10 minutos para la cocción completa.

    Transcurridos los 8 minutos, puede aderezar la pinsa como más le guste y volver a pasarla en el horno durante otros 2 minutos. Si, en cambio, desea consumirla con un aderezo en crudo, déjela cocer 10 minutos, aderece y coma.

    Yo la he aderezado con speck, algunas hojas de rúcula y salsa de yogur.

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naturaecucina

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