Albóndigas de pollo, receta de la abuela.
Sencillas, rápidas, muy sabrosas.
Las albóndigas de pollo con la receta de mi abuela son fabulosas, fáciles de preparar, jugosas, muy sabrosas y perfectas.
Para obtener unas albóndigas tan buenas se necesitan pocos trucos: usad carne de buena calidad, yo uso pechuga de pollo de corral (el que es criado en tierra y tiene un color más amarillo) y lo trituro al momento, luego dejad reposar la mezcla para que coja sabor, y como en todo, se necesita la receta adecuada, yo utilizo esta de mi abuela y cada vez las albóndigas quedan jugosas y muy sabrosas, así que tomad nota, preparadlas así y luego me lo decís.
Probad también:
- Dificultad: Fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de reposo: 30 Minutos
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 4 personas
- Métodos de Cocción: Fritura, Horno
- Cocina: Italiana
Ingredientes
- 600 g pechuga de pollo (en una sola pieza)
- 100 g queso parmesano rallado
- 30 g queso pecorino rallado
- 120 g migas de pan duro
- 3 huevos
- 150 ml leche (o agua)
- 1 ramito perejil
- 1 diente ajo
- c.s. sal
- c.s. pimienta
- 1 cucharada aceite de oliva virgen extra
- c.s. pan rallado (opcional)
- c.s. aceite de cacahuete (o de oliva virgen extra si preferís cocinarlas al horno)
Herramientas
- 2 Cuencos
- 1 Picadora
- 1 Sartén
Pasos
Eliminad la grasa y posibles huesecillos de la pechuga de pollo y cortadla en trozos grandes.
Triturad el pollo en la picadora con una cucharada de aceite de oliva virgen extra (para un resultado más rústico podéis triturarlo también con la picadora de carne) podéis pedir a vuestro carnicero de confianza que lo haga y luego añadir una cucharada de aceite en casa.
Picar un poco de perejil. Pelad el ajo, quitadle el germen central y picadlo (podéis no ponerlo si no os gusta o añadir hasta 2 dientes si os gusta).
Cortad las migas de pan en trozos, ponedlas en un cuenco, añadid la leche (también vale agua) y dejadlas empapar bien, mezclándolas con una cuchara a menudo, cuando el pan esté bien empapado estrujadlo bien, desmenuzadlo con las manos y ponedlo en un cuenco amplio.
Añadid la carne de pollo triturada al pan, el queso rallado (yo, como hacía mi abuela, mezclo pecorino y parmesano rallado, pero podéis usar solo uno o grana rallado), el perejil y el ajo picado, los huevos, ajustad la sal y añadid un poco de pimienta al gusto, mezclad bien todos los ingredientes con las manos, hasta obtener una pasta bien amalgamada, si es necesario, añadid otro huevo, la mezcla debe ser compacta pero suave.
Dejad reposar en la nevera para que coja sabor durante al menos media hora, también podéis preparar la mezcla unas horas antes y conservarla cubierta con film en la nevera o, si no tenéis tiempo, cocer directamente las albóndigas.
Pasado el tiempo de reposo, podéis formar las albóndigas con las manos y cocinarlas como prefiráis, las clásicas son fritas 🙂 pero también son excelentes con salsa, al horno, etc…
Tomad una cucharada de mezcla y entre las manos formad bolitas, podéis dejar las albóndigas simples o pasarlas por pan rallado.
Para freírlas, calentar aceite de cacahuete en una sartén grande y cuando esté bien caliente (180°) poned las albóndigas con cuidado una a una en la sartén, freíd las albóndigas a fuego medio-bajo, dorándolas por ambos lados. Al final de la cocción, dejadlas escurrir sobre papel para fritos.
Para cocinarlas con salsa, picad cebolla y zanahoria y haced el sofrito clásico, añadid la salsa de tomate, sal y pimienta y comenzad a cocinar durante unos minutos, luego añadid las albóndigas y terminad de cocinarlas a fuego bajo dándoles la vuelta a mitad de cocción.
Para cocinarlas al horno, precalentad el horno a 180°. Cubrid una bandeja de horno con papel antiadherente, untad con aceite el papel de horno y colocad encima las albóndigas, rociadlas con un poco de aceite o pulverizadlas con un spray de aceite. Cocinadlas en el horno caliente durante unos 20 minutos, deben dorarse, teniendo cuidado de girarlas por el otro lado a mitad de cocción para cocinarlas uniformemente.
Como las cocinéis, servidlas bien calientes.
Las albóndigas de pollo están listas para degustar… ¡Buen provecho!
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