Los muffins sin lactosa con granada son unos dulces suaves y pequeños, elaborados sin mantequilla, leche ni derivados. Son fáciles de preparar y pueden ser consumidos incluso por quienes no tienen este tipo de intolerancia; podemos, no obstante, sustituir los ingredientes sin lactosa por los tradicionales. Son indicados para el desayuno y la merienda de la escuela o del tiempo libre de nuestros chicos, gracias también a la practicidad de su formato individual, que los hace perfectos para el transporte. Los muffins sin lactosa con granada también pueden decorarse y servirse en un buffet de dulces. Su suavidad no se pierde con el paso del tiempo, por lo que podemos hacerlos con antelación; recordemos conservarlos en una bolsa para alimentos o en el congelador, en los recipientes adecuados.
- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Medio
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 14
- Métodos de Cocción: Horno
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Otoño, Invierno
Ingredientes
- 250 g Harina 00
- 50 g Frumina
- 1 sobre Levadura en polvo para postres
- 1 pizca Sal fina
- 150 g Azúcar
- 75 ml Aceite de semillas suave
- 130 ml Jugo de granada
- 3 Huevos medianos enteros
- c.s. Cáscara de limón
- 1/4 cucharadita Pasta de vainilla
- 400 g Queso fresco para untar sin lactosa
- 4 cucharadas Azúcar glas avainillado
- c.s. Cáscara de limón
Preparación
Tamizamos juntos la harina, la frumina (si no tenéis frumina, que proporciona más suavidad a las mezclas, podéis usar fécula de patata o usar 300 gramos de solo harina 00) y la levadura para postres y ponemos la mezcla de ingredientes secos en un bol.
Encendemos el horno a 170*.
En la batidora o en un bol grande ponemos los huevos enteros, la sal fina, la vainilla, el azúcar, la cáscara rallada de un limón, el aceite y el jugo de granada (obtenido con un extractor o, en su defecto, poniendo los granos en un exprimidor, como hice yo).
Mezclamos bien los ingredientes y comenzamos a verter poco a poco la mezcla de harinas y levadura perfectamente tamizadas, hasta que se haya incorporado por completo, obteniendo una masa cremosa y sin grumos.
Si se usan varillas eléctricas, recordemos que las mezclas de los pasteles deben mezclarse solo el tiempo necesario para que los ingredientes se amalgamen perfectamente, para evitar que, al calentarse, se vuelvan gomosos.
Preparamos una bandeja de horno sobre la cual colocaremos los moldes vacíos para muffins; este paso es necesario para transportar al y desde el horno nuestros dulces de manera fácil y segura.
Vertemos un poco de masa en los moldes, hasta llenarlos por la mitad (o 3/4 si los deseáis más altos).
Los horneamos, en el horno caliente, a media altura durante unos 20/25 minutos como máximo. Comprobamos la cocción con un palillo largo que debe salir perfectamente seco.
Los sacamos inmediatamente del horno (no los dejamos en el horno caliente, aunque esté apagado, porque se secarían más) y los dejamos enfriar antes de disfrutarlos o decorarlos.
Para el frosting.
Ponemos el queso para untar (van muy bien tanto el clásico queso para untar tipo philadelphia como el robiola) en un bol grande, añadimos el azúcar glas, la cáscara de limón rallada y mezclamos con un tenedor, hasta obtener una mezcla cremosa pero densa.
Transferimos la mezcla de queso a una manga pastelera con boquilla de estrella y decoramos nuestros muffins sin lactosa con granada con un copete de esta deliciosa crema.
Completamos la decoración con granos de granada. Conservamos los muffins decorados en el frigorífico, en un contenedor bien cerrado o en un porta tartas, hasta el momento de servirlos.
Buen provecho
La frumina puede ser sustituida por fécula de patata en las mismas dosis.

