Es temporada de fresas, una fruta muy decorativa, dulce y ácida en su punto justo, con un aroma y un color inconfundibles con los que se pueden crear platos dulces y salados, desde los más simples hasta los más elaborados y complejos. Hoy os propongo una receta facilísima, rápida de preparar, muy deliciosa y aromática, es decir, el helado de fresas, realizado sin añadir huevos y sin necesidad de utilizar una heladera; si la tenéis, es una ayuda más en la cocina. Es un helado casero, muy, muy artesanal si me lo permitís; por este motivo es más sano, más «ligero» porque las únicas grasas presentes son las de la leche, ya que he utilizado nata vegetal y no animal; obviamente, podréis personalizarlo según vuestros gustos y necesidades. Probad el helado de fresas sobre las ferratelle abruzzesi o sobre las llamadas «pizzelle» abruzzesi, la versión más suave, perfecta para ser enrollada o para crear conos de helado. Espero que os guste tanto como a nosotros.
Buena lectura

- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de reposo: 1 Día
- Tiempo de preparación: 20 Minutos
- Porciones: 10
- Métodos de Cocción: Fogón
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Primavera
Ingredientes
- 360 ml leche
- 125 g azúcar
- 500 g fresas
- 400 ml nata líquida fresca (o nata vegetal líquida)
- 1 pizca sal fina
- c.s. ralladura de limón
Pasos
Para preparar el helado de fresas, primero ponemos en el congelador la bandeja o bandejas para el helado (yo he usado dos).
Lavamos las fresas, eliminamos el tallo verde y las cortamos en cubitos.
Ponemos la leche en un cazo, añadimos el azúcar, la pizca de sal y la cáscara del limón que deberá ser rallada muy, muy finamente (ayudará a resaltar el sabor y el aroma del helado de fresas).
Lo calentamos en el fuego pequeño a llama baja, removiendo continuamente, solo por un minuto, el tiempo necesario para disolver el azúcar. Atención a no hacer hervir la leche.
Apagamos y dejamos que se enfríe bien.
Cuando la mezcla de leche esté fría, añadimos la nata líquida y no montada (aseguraros de que esté fría de la nevera), la mitad de las fresas en cubitos y batimos por un minuto, incorporando al máximo aire a la mezcla.
Transferimos la mezcla a las bandejas, cerramos y dejamos que se compacte por dos o tres horas como máximo, después podremos añadir las fresas restantes en cubitos que, de esta manera, no caerán al fondo, sino que podrán distribuirse uniformemente dentro del helado.
Volvemos a poner en el congelador y dejamos que madure durante al menos 24 horas, ya que los helados, como los sorbetes, cuanto más maduran en frío más buenos se vuelven.
El helado de fresas hecho en casa y sin huevos es pobre en grasas y azúcares y no se trabaja como los industriales o de las heladerías artesanales, por lo que se presentará muy duro. Antes de disfrutarlo, de hecho, hay que dejarlo a temperatura ambiente durante unos 15-25 minutos (dependiendo de la temperatura ambiente), para poder tener la cremosidad adecuada y poder servirlo, pero os aseguro que el sabor no falta y realmente vale la pena.
La idea añadida.
– También podemos usar nata vegetal si lo deseamos, en la misma cantidad de la fresca de vaca indicada por mí. En este caso, sin embargo, la cantidad de azúcar pasa de 125 gramos a 75 gramos (probad la mezcla para ver si deseáis más dulzor).
– Podemos usar leche entera, o parcialmente o totalmente desnatada. También es válida la leche sin lactosa.