Preparación

• Para preparar la calabaza frita, lo primero que hay que hacer es pelar la calabaza y luego cortarla en rodajas de aproximadamente 1 cm de grosor, eliminando las semillas internas y las fibras.

  Yo usé una calabaza violina, así que las rodajas eran bonitas y redondas de la parte sin semillas, por lo que cada rodaja la corté nuevamente por la mitad.

• Coloca la calabaza así cortada en un cazo y cúbrela con leche, cocina durante 10 minutos, este paso sirve para que se ablande lo suficiente.

  Si prefieres, puedes cortar las rodajas de calabaza un poco más finas para evitar cocinarlas en leche.

   

• Coloca en un plato hondo la harina, en otro el pan rallado aromatizado con las hierbas que más te gusten y en un bol bate los huevos con una pizca de sal.

• Pasa las rodajas de calabaza primero por la harina, luego por los huevos batidos y por último por el pan rallado, presionando bien para que se adhiera.

  A medida que las prepares, coloca las rodajas de calabaza en una bandeja y una vez que las hayas pasado todas una vez, ponlas en la nevera durante al menos 30 minutos, o en el congelador durante unos diez minutos.

• ¿Te preguntas para qué sirve poner la calabaza empanada en la nevera? Pues sirve para que el empanado no se desprenda durante la fritura, así que yo la dejo reposar y luego repito el paso, y la calabaza frita queda realmente dorada en la superficie y el empanado no se despega.

• Después de los 30 minutos, pasa nuevamente la calabaza por los huevos batidos y el pan rallado, omitiendo esta vez la harina, compacta bien ayudándote con las manos y déjalas otros 30 minutos en la nevera.

• Luego puedes freír tu calabaza en abundante aceite a 170°, girando un par de veces hasta que estén doradas por todos lados.

  Escurre la calabaza frita sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite, sala ligeramente antes de llevar a la mesa y…

  ¡BUEN APETITO!