Solo escuchar la palabra “membrillo” me transporta al pasado, al verano pasado desayunando en el campo con mis abuelos. La mermelada de membrillo untada en pan casero era mi plato favorito por la mañana.
El árbol de membrillo es ya una planta casi olvidada: debido a su sabor ácido, pocos lo consumen todavía. ¡Y yo soy parte de esos pocos! Después de 25 años finalmente tengo dos pequeños árboles de este fruto en el jardín y, desde hace un par de años, he retomado con entusiasmo esta receta tradicional de familia.
- Dificultad: Fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de cocción: 20 Minutos
- Cocina: Italiana
Ingredientes
- 1.5 kg membrillos
- 900 g azúcar
- 1/2 vaso agua
Herramientas
- Tarros
Preparación
Comienza lavando los membrillos y, con un cepillo, elimina la pelusa presente en la piel. Una vez limpios, retira el corazón y córtalos en trozos.
Transfiere los membrillos a una olla con medio vaso de agua y cocínalos, revolviendo de vez en cuando para evitar que se peguen, hasta obtener una consistencia similar a la de patatas cocidas.
Escurre los membrillos y pásalos por un colador para obtener una pulpa suave.
Pesa 1 kg de pulpa y viértela en una olla con 900 g de azúcar. Lleva a ebullición a fuego alto, revolviendo con frecuencia, luego reduce el fuego y deja cocinar a fuego lento durante 20 minutos exactos.
En este punto tu mermelada está lista. Vierte en los tarros esterilizados (ver cómo hacerlo aquí), ciérralos y colócalos boca abajo sobre una superficie, para que la tapa cree el vacío. Déjalos enfriar en esta posición hasta el día siguiente, luego consérvalos en la despensa.
Consejos
Es importante no superar los 20 minutos de cocción, para evitar que, una vez enfriada, la mermelada se vuelva dura y muy gomosa en lugar de cremosa.
La mermelada se conserva en óptimas condiciones hasta un año.
Es excelente también para galletas rellenas o tartas.
