Preparación

• Para preparar el bacalao, primero debéis remojar el bacalao durante al menos 3 días cambiando el agua varias veces al día, manteniendo el recipiente en la nevera cubierto con film transparente.
   

• Una vez que el bacalao esté bien rehidratado, podéis abrirlo, quitar las espinas si hay y cortarlo en trozos de aproximadamente 5 cm lo más uniformes posible.
  Pasad los trozos de bacalao por harina y reservad.

• Cortad la cebolla muy finamente y picad el apio, luego sofreíd en una sartén con aceite de oliva virgen extra. Cuando la cebolla comience a volverse transparente, añadid los trozos de bacalao con la piel hacia abajo.

• Dejad dorar unos minutos, dad la vuelta con cuidado a los trozos de bacalao para evitar que se rompan y añadid el vino blanco, dejad que se evapore a fuego alto.
   

• Agregad las alcaparras desaladas y escurridas, las aceitunas deshuesadas y los tomates secos cortados en trozos.

  
  Un cucharón de agua caliente, bajad el fuego y cubrid con la tapa.

• Dejad cocinar el bacalao durante otros 30 minutos revisando frecuentemente que el fondo de cocción no se seque demasiado, si sucede, añadid más agua.

  
  Recordad que el bacalao no se debe remover con cucharones.

  Simplemente debéis agitar la sartén de vez en cuando para evitar que se pegue al fondo.

• En esta receta no usé patatas, pero si queréis usarlas, debéis añadirlas junto con las aceitunas y alcaparras cortadas en rodajas de medio centímetro.

  
  También usé tomates secos en lugar de tomates cherry frescos, pero probad también la versión con los frescos, es fantástica.

• Una vez listo el bacalao, podéis condimentar con una pizca de guindilla fresca picada.

  
  Dejad reposar todo durante 5 minutos antes de llevar a la mesa y…
  ¡BUEN PROVECHO!