Si os encantan las tartas de queso, no os podéis perder esta tarta de queso con mascarpone y grosellas. Está compuesta por una base de masa quebrada cubierta con una parte cremosa preparada con mascarpone, queso de untar y huevos, enriquecida con muchas grosellas suculentas que añaden un toque fresco y ácido.
Prepararla es facilísimo, ni siquiera necesitan una batidora eléctrica para preparar parte de la crema, se mezcla simplemente con una batidora manual.
Esta tarta de queso horneada es perfecta también para preparar con antelación, es más, es mejor si la preparas el día antes de servirla, así tendrá tiempo de enfriarse bien en la nevera, para una cremosidad y frescura única.
Quien no haya llegado aquí en el blog por primera vez, sabe que adoro las tartas de queso, y no puedo resistirme sobre todo a una buena tarta de queso horneada.
Si también sois amantes de las tartas de queso, probad también estas recetas mías:
- Dificultad: Fácil
- Tiempo de reposo: 4 Horas
- Tiempo de preparación: 25 Minutos
- Porciones: 10
- Métodos de Cocción: Horno
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Primavera, Verano
Ingredientes
- 200 g harina
- 100 g mantequilla
- 75 g azúcar
- 1 huevo
- 1/2 cucharadita sal
- 600 g grosellas rojas
- 350 g queso fresco de untar
- 300 g mascarpone
- 3 huevos
- 160 g azúcar
- 1 cucharada azúcar avainillado
- 35 g almidón de maíz
- 1/2 cucharadita sal
Pasos
Para preparar la tarta de queso con mascarpone y grosellas, poned en la batidora la harina, el azúcar, la mantequilla fría en trozos y la sal. Accionad la batidora hasta obtener una mezcla arenosa. Añadid el huevo y volved a accionar la batidora hasta que la masa comience a tomar forma. Pasad todo a la mesa de trabajo, compactad con las manos, formad un disco aplanado y envolved con film. Por supuesto, podéis amasar la masa quebrada también a mano.
Llevad a la nevera durante 1 hora.
Mientras tanto, desgranad y lavad las grosellas y distribuidlas sobre un paño limpio, para que se sequen.
Pasado el tiempo de reposo en la nevera, precalentad el horno a 200 grados (ventilado) y forrad el fondo de un molde (22-24 cm de diámetro) con papel de horno. Extendd la masa quebrada hasta cubrir todo el fondo, perforad varias veces con un tenedor y hornead a 200 grados durante 15 minutos.
Mientras tanto, preparad la crema. Mezclad el mascarpone y el queso de untar con el azúcar y el azúcar avainillado hasta obtener una mezcla cremosa. Luego añadid los huevos y el almidón de maíz y seguid mezclando hasta obtener una mezcla homogénea. Finalmente, incorporad las grosellas con la ayuda de una espátula.
Pasado el tiempo de cocción de la masa quebrada, sacadla del horno, bajad la temperatura a 160 grados y ajustad el horno en modo estático.
Verted la crema con las grosellas sobre la base de masa quebrada y distribuid uniformemente.
Volved a poner la tarta de queso en el horno y dejad cocinar durante aproximadamente una hora y 15 minutos, sin abrir el horno, hasta que la tarta de queso esté un poco dorada en la superficie y el centro aún esté ligeramente tembloroso.
En ese momento, apagad el horno y dejad la tarta de queso en su interior, con la puerta cerrada, durante otros 20 minutos. Después, sacad vuestra tarta de queso con mascarpone y grosellas del horno y dejadla enfriar, luego llevadla al refrigerador durante al menos dos horas antes de servirla.
Para servir vuestra tarta de queso con mascarpone y grosellas, decoradla con algunos racimos de grosellas y algunas hojas de menta en la superficie.

