Del otoño me encantan los colores, y también los sabores. Y dado que la calabaza siempre ha sido protagonista de esta temporada, quise prepararla en una variante otoñal de un gran clásico de la cocina austriaca: los Käsespätzle.
Se trata de gnocchetti de pasta fresca, en este caso con calabaza en la masa, que una vez cocidos enriquecí con muchos trozos de queso fundido de la Tierra de los Alpes y cebollas fritas en mantequilla. Un plato rico y sabroso, que en los restaurantes generalmente se sirve en el mismo recipiente en que se cocina.
Además de mi infancia, también me recuerda el viaje que hice este verano a Austria, descubriendo los muchos productos de la marca AMA, que son una garantía en cuanto a calidad. De hecho, la pasión y dedicación hacia la producción de los mismos se percibe en cada bocado.
- Dificultad: Fácil
- Tiempo de reposo: 10 Minutos
- Tiempo de preparación: 25 Minutos
- Porciones: 4 personas
- Métodos de Cocción: Estufa
- Cocina: Austríaca
- Estacionalidad: Otoño, Invierno
Ingredientes
- 750 g calabaza
- 300 g harina 00
- 3 huevos
- 1 cucharadita sal de hierbas
- al gusto nuez moscada
- 400 g queso Gouda (u otro queso fundente a elección)
- 1 cebolla (grande)
- 25 g mantequilla
- al gusto sal
- al gusto cebollino
Pasos
Para preparar la masa de los spätzle de calabaza, precalienta el horno a 200 grados (ventilado) y forra una bandeja con papel de horno. Pela y corta la calabaza en trozos de 5-6 cm y hornea a 200 grados durante unos 20 minutos, hasta que esté tierna. Luego, retírala del horno, toma 350 gramos y reduce a puré en la batidora.
Coloca en un bol la harina junto con el puré de calabaza, los huevos, la sal y la nuez moscada y trabaja con las varillas en espiral hasta obtener una masa homogénea y bastante densa, pero aún así fácilmente trabajable con las varillas. Si es demasiado densa, agrega 2-3 cucharadas de agua. Cubre con film y deja reposar durante 10 minutos.
Pela y corta finamente la cebolla. Derrite la mantequilla en una sartén y sofríe la cebolla a fuego alto, removiendo a menudo, durante unos diez minutos, o hasta que esté dorada. Salpimenta y reserva.
Lleva a ebullición abundante agua en una olla grande y añade un poco de sal.
Precalienta el horno a 200 grados (ventilado).
Corta el queso en trozos y reserva.
Cuando el agua esté hirviendo, coloca el rallador para spätzle, es decir, el utensilio especial para hacerlos sobre la olla e introduce la masa. Deja caer los spätzle directamente en el agua hirviendo salada. Espera a que floten, deja cocinar un minuto más, retira del agua con ayuda de una espumadera y coloca los spätzle en un bol.
Agrega tres cuartos de los trozos de queso y mezcla. Reparte los spätzle en 4 boles aptos para horno o incluso directamente en una fuente, adereza con el queso restante y las cebollas fritas.
Hornea a 200 grados durante unos 5 minutos, hasta que el queso de la superficie esté fundido.
Retira del horno y sirve inmediatamente tus spätzle de calabaza con queso y cebollas fritas.
