Pasta y patatas con rúcula y tomatitos es uno de los primeros platos que forma parte de la cultura del sur de Italia. De la cocina pobre cuando la vida de nuestros abuelos era difícil de afrontar y en casa se tenía poco para comer. Casi en cada casa, el saco de patatas afortunadamente no faltaba y se utilizaban también para cocinarlas tanto con la pasta como con el pan cocido. Pasta y patatas con rúcula y tomatitos no solo es un buen primer plato primaveral, sino que también es una solución práctica y rápida bajo la bandera de la genuinidad.
Sin embargo, las patatas en casa no faltan tanto más en nuestros días. La rúcula fresquísima se encuentra en primavera/verano y hay que aprovecharla, por lo tanto, especialmente es el momento adecuado para apreciarla al máximo con más sabor.
- Dificultad: Fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de preparación: 20 Minutos
- Tiempo de cocción: 15 Minutos
- Porciones: 4 personas
- Cocina: Italiana
Ingredientes
- 250 g Pasta (formato ditalini)
- 3 Patatas (medianas)
- 6 Tomatitos
- 150 g Rúcula fresca (limpia)
- c.s. Aceite de oliva virgen extra
- 1 diente Ajo
- c.s. Pimienta negra (en polvo)
Herramientas
- Olla
Preparación
Pelar las patatas, lavar y cortar en trozos pequeños. Colocarlas en la olla con agua fría suficiente para cocinar la pasta. Hervir la pasta al dente durante 6/7 minutos desde que hierve.
Mientras tanto, limpiar la rúcula excluyendo las hojas dañadas y lavar. Poner un poco de aceite y ajo finamente picado y dorar.
Añadir entonces los tomatitos en trozos y la rúcula a marchitar durante aproximadamente cinco minutos con tapa a fuego bajo.
Escurrir la pasta. Mezclar con el condimento y servir la pasta y patatas con rúcula y tomatitos, un plato fragante y sabroso.
Aunque este primer plato es típico de la cocina de nuestros abuelos, sigue siendo actual. Sin embargo, al menos una vez a la semana lo preparo y a veces sin rúcula.
Pasta y patatas con rúcula y tomatitos
Consejo para la receta de pasta y patatas con rúcula y tomatitos: Añadir pimienta negra en polvo en la mesa para quien lo desee. Cabe destacar: La rúcula cultivada es menos amarga que la que crece espontáneamente en los campos, que tiene un sabor ligeramente más agrio e intenso pero lo definiría agradable. Prácticamente la rúcula silvestre es diferente. Finalmente, volvamos al descubrimiento de las recetas pobres abandonadas que benefician la salud. Además, echa un vistazo también en Pinterest de La cocinera que recupera
