La bechamel es una de las salsas más famosas de la tradición culinaria italiana. Considerada incluso la salsa madre ya que de ella derivan muchas otras.
Algunos sostienen que la bechamel tiene orígenes franceses. Sin embargo, esta salsa delicada y muy cremosa tiene orígenes completamente italianos.
Nació en Toscana, más conocida como «salsa colla«. Pellegrino Artusi, famoso escritor gastronómico, la llamaba «balsamella«.
Era una versión más delicada y ligera que la francesa, donde fue introducida posteriormente. La salsa bechamel está difundida un poco por todas partes.
Por ejemplo, en el mundo anglosajón se llama «white sauce«, o «salsa blanca«. A lo largo de los siglos se pasó de llamarla «salsa colla» a «basamella» y finalmente al actual «bechamel».
Tres son los ingredientes fundamentales para la preparación de esta salsa. Harina, leche entera y mantequilla. Según las proporciones de estos ingredientes y el tiempo de cocción se obtendrá una consistencia diferente.
Normalmente la proporción correcta de los ingredientes es de 1 a 10. Por ejemplo, 100 gramos de leche, 10 de mantequilla y 10 de harina.
La bechamel se obtiene preparando primero un roux blanco a base de mantequilla derretida y harina. Una vez obtenida una especie de crema, se vierte la leche FRÍA para luego cocinar todo a fuego bajo.
Es posible prepararla con aceite de oliva en lugar de mantequilla. En este caso, la consistencia será menos cremosa y más fluida ya que el aceite es menos espesante que la mantequilla.
La bechamel es un ingrediente clave en diversas recetas típicas. No hay lasaña que se respete si no está enriquecida con esta salsa. O bien la pasta al horno, crepes, canelones o verduras gratinadas.
Hacerla en casa es realmente sencillo y rápido. Se aromatiza con nuez moscada y pimienta y en unos 10 minutos ¡está lista!
Se conserva en el frigorífico durante unos dos días, cubriéndola estrictamente con film transparente. O se puede colocar en un recipiente y congelar.
Con la proporción 1 de 10 se obtiene una consistencia suave pero no demasiado. Si se desea una salsa más fluida, disminuir la cantidad de mantequilla y harina y viceversa. Para una versión más espesa se puede prolongar el tiempo de cocción hasta obtener la consistencia deseada.
Pero veamos ahora cómo se prepara la bechamel hecha en casa.
También te dejo algunas recetas deliciosas para utilizar tu bechamel:
- Costo: Muy económico
- Tiempo de preparación: 1 Minuto
- Porciones: aproximadamente 500 gramos de bechamel
- Métodos de Cocción: Cocina
- Cocina: Italiana
Ingredientes
- 500 g leche entera (preferiblemente fresca)
- 50 g mantequilla (o aceite de oliva)
- 50 g harina 0
- c.s. nuez moscada (solo si gusta)
- c.s. sal
- c.s. pimienta
- 1 l leche entera (fresca)
- 100 g mantequilla
- 100 g harina 0
- c.s. sal
- c.s. pimienta
- c.s. nuez moscada
Herramientas
- Cacerola
- Batidor de mano
Pasos
Tomar una cacerola grande y poner dentro la mantequilla.
Quien quiera puede sustituirla con aceite de oliva para verter en la cacerola.
Derretir la mantequilla (o calentar el aceite) a fuego mínimo sin quemarla.
Una vez derretida retirar la sartén del fuego y añadir la harina poco a poco.
Con un batidor de mano mezclar enérgicamente para evitar la formación de grumos.
Obtendrás una especie de crema de color marrón llamada roux blanco.
Verter unas cucharadas de leche entera FRÍA dentro y mezclar rápidamente.
Añadir el resto de la leche fría y colocar la cacerola en el fuego medio.
Ajustar de sal y pimienta y, si gusta, una pizca de nuez moscada.
Continuar durante unos 10 minutos con la cocción de la bechamel.
Remover continuamente con un batidor de mano, como cuando se prepara la crema.
Tan pronto como la salsa alcance la consistencia deseada, apagar el fuego.
Una vez lista, la bechamel debe inmediatamente cubrirse con film transparente para alimentos.
Esto evitará la formación de una película en la superficie.
¡La bechamel está lista para ser utilizada!
Fácil, rápida y muy cremosa, ¡perfecta para preparar muchas recetas deliciosas!
Quien desee preparar una salsa bechamel completamente sin lactosa, sustituirá la mantequilla con aceite de oliva y la leche entera con leche vegetal.
Para rellenar canelones, lasañas y pastas rellenas es preferible una consistencia más espesa.
Si se usa para acompañar carnes o cubrir verduras para gratinar, es mejor que sea más fluida.
En este caso, bastará con «alargar» la bechamel con un poco de leche entera, volver a ponerla en el fuego y mezclar.

