La tortilla de patatas y achicoria es una de esas recetas de aprovechamiento que, nacidas de la necesidad de consumir alimentos (tanto cocidos como crudos) sobrantes de días anteriores, resultan deliciosas. Su simplicidad de ingredientes y de preparación no significa solo que son fáciles y/o rápidas, sino también y sobre todo que en la cocina basta con muy poco para solucionar la comida o la cena cuando nos faltan ideas, crear platos siempre nuevos o combinaciones tal vez inusuales que, al final, sin embargo, resultan exitosas y deliciosas. La tortilla de patatas y achicoria tiene una textura suave y tentadora, se puede cocinar tanto en el horno como en la sartén, se puede enriquecer y personalizar con lo que más guste, no contiene gluten ni lactosa y se puede servir tanto entre los entrantes como segundo plato.

- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Muy económico
- Tiempo de preparación: 20 Minutos
- Porciones: 6
- Métodos de Cocción: Fogón
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Todas las estaciones
Ingredientes
- 200 g patatas cocidas
- 150 g achicoria de Chioggia
- 4 huevos medianos enteros
- c.s. sal fina y pimienta molida
- 1 pizca curry (opcional)
- c.s. aceite de oliva virgen extra
Pasos
Lavamos las hojas de achicoria y las picamos groseramente. Las dejamos escurrir en un colador. Es importante que la achicoria esté bien escurrida, para evitar que suelte demasiada agua durante la cocción, arruinando la tortilla.
Pelamos las patatas cocidas, las pasamos por el pasapurés.
En un bol rompemos los huevos, añadimos la sal, el curry y la pimienta y los batimos ligeramente.
Añadimos la achicoria, el puré de patatas y mezclamos hasta que se integren completamente con los huevos.
Cocción en sartén
Calentamos una sartén antiadherente (de 22 o 24 centímetros de diámetro) en el fogón medio a fuego bajo, con un chorrito de aceite de oliva virgen extra.
En cuanto el aceite esté bien caliente (por favor), subimos el fuego, vertemos la mezcla y la nivelamos delicadamente en la sartén, sin aplastarla, con un tenedor.
Cocinamos nuestra tortilla durante 5 minutos a fuego vivo, luego trasladamos la sartén al fogón más pequeño, a fuego bajo, y continuamos la cocción durante otros 10/15 minutos como máximo, sin tapar.
Antes de voltear la tortilla al otro lado, nos aseguramos de que la parte superior se haya solidificado y que no presente todavía mezcla líquida que podría resultar peligrosa y quemar si volteamos la tortilla. Estas precauciones también se aplican si se utiliza una sartén «vuelta tortilla».
Si la parte superior está firme y compacta, despegamos primero el fondo de la tortilla de la sartén, ayudándonos con una espátula de madera, y la deslizamos en un plato sin bordes.
Antes de voltear la tortilla, nos ponemos guantes de horno para proteger las manos.
– Volvemos a engrasar la sartén con la ayuda de una hoja de papel de cocina humedecida con un poco de aceite de oliva virgen extra (de modo que no caigan gotas de aceite).
– Con una mano sostenemos el mango de la sartén y la volteamos sobre el plato que contiene la tortilla.
– Ahora volteamos plato y sartén; de esta manera, la tortilla caerá directamente en la sartén, sobre el lado que falta cocinar, sin problemas.
Continuamos la cocción durante otros 10 minutos, a fuego bajo.
Para la cocción en horno.
Vertemos la mezcla en un molde (redondo de 22/24 centímetros de diámetro o cuadrado de 20 x 20, si la desean más alta) ya aceitado y cubierto de pan rallado (o revestido solo con papel de horno, para evitar la adición de más grasas), la nivelamos con un tenedor y al horno caliente a media altura, a 180* durante 15/20 minutos, con horno estático o ventilado a vuestra elección. Para verificar que esté cocida en su punto, pinchamos la tortilla con un palillo que deberá salir completamente seco.
Es exquisita tanto caliente como fría, disfrutada sola o como relleno de un rico y delicioso bocadillo.