Si estáis buscando el dulce perfecto que ponga de acuerdo a todos sin volveros locos en la cocina, las Trufas de Tiramisú son exactamente la respuesta a vuestros deseos.
Todos sabemos que el tiramisú es el rey de los postres, pero a veces no tenemos el tiempo o las ganas de montar huevos o esperar largas capas: por eso las Trufas de Tiramisú representan la versión moderna que revolucionará vuestra forma de entender el postre.
Preparar las Trufas de Tiramisú significa elegir una receta sin estrés, basta un bol, pocos ingredientes de calidad y una taza de café para transformar simples bizcochos de soletilla en pequeñas joyas de pura delicia.
La verdadera magia de estas Trufas de Tiramisú reside en su corazón secreto de Nutella, una sorpresa inesperada que se mezcla divinamente con la cobertura aterciopelada de cacao amargo.
No os dejéis engañar por su elegancia: las Trufas de Tiramisú se preparan en poquísimos minutos y son la solución ideal cuando tenéis invitados de último minuto o simplemente queréis daros un capricho rápido.
Es el desafío definitivo a los clásicos pastelitos de buffet: con estas Trufas de Tiramisú obtendréis el máximo sabor con el mínimo esfuerzo.
¿Estáis listos para descubrir cómo unas pequeñas Trufas de Tiramisú pueden convertirse en las protagonistas absolutas de vuestra mesa?
¡Hasta pronto con la próxima receta, Ana Amalia!
- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Muy económico
- Tiempo de reposo: 1 Hora
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 20 Piezas
- Métodos de Cocción: Sin cocción
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Todas las estaciones
Ingredientes para las Trufas de tiramisú
- 250 g bizcochos de soletilla
- 250 g mascarpone
- 1 cucharada miel (abundante, sustituye al azúcar)
- 40 ml café (espresso frío)
- 50 g Nutella®
- c.s. cacao amargo en polvo
Herramientas
- 1 Picadora
- 1 Bol
- 1 Báscula
Preparación Trufas de tiramisú
Desmigaja las galletas: Empieza triturando los bizcochos de soletilla. Puedes hacerlo con un procesador para obtener un polvo fino, o ponerlos en una bolsa para alimentos y aplastarlos con un rodillo si prefieres una textura un poco más rústica.
Crea la masa: En un bol grande, une los bizcochos triturados, el mascarpone, la miel y el café frío.
Amasa bien con las manos o con una cuchara hasta obtener una mezcla homogénea y moldeable.
Consejo: Si la masa te parece demasiado seca, añade un chorrito de café; si está muy blanda, añade algunas otras galletas trituradas.
El corazón de Nutella: Toma una pequeña porción de masa, aplástala en la palma de la mano y coloca en el centro una cucharadita (pequeña) de Nutella.
Cierra con cuidado la masa alrededor de la crema y forma una bolita del tamaño de una nuez.
Truco del experto: Si quieres facilitarte el trabajo, coloca pequeños montoncitos de Nutella sobre una hoja de papel de horno en el congelador durante 15 minutos antes de empezar; ¡serán mucho más fáciles de manejar!
El acabado: Rueda cada bolita en el cacao amargo hasta que esté completamente cubierta.
Reposo: Coloca las trufas en una bandeja o en moldes de papel y déjalas reposar en el frigorífico durante al menos 1 hora antes de servirlas.
Este paso es fundamental para que los sabores se mezclen y la textura se vuelva perfecta.
Conservación, consejos y variantes
Conservación: Se conservan en el frigorífico durante 2-3 días en un recipiente hermético.
Variante: Si te gusta la idea, puedes añadir una cucharadita de licor a la masa (como Marsala o ron) para un toque aún más parecido al clásico tiramisú.
Variantes para el «corazón» y la masa
Corazón Blanco: Sustituye la Nutella clásica con una crema untable de pistacho o de chocolate blanco. La combinación con el café es sorprendente y muy refinada.
Sorpresa Crujiente: Inserta dentro, junto con la Nutella, una avellana entera tostada o granos de café cubiertos de chocolate. Dará un toque extra a la textura.
Notas Cítricas: Ralla un poco de corteza de naranja en la masa de bizcochos de soletilla y mascarpone. La naranja y el café crean un contraste aromático típico de la pastelería gourmet.
Variantes para la cobertura (además del cacao)
Si quieres crear una bandeja mixta que también sea bonita de ver, puedes pasar las trufas en diferentes polvos:
Granillo de avellanas o almendras: Para un toque de frutos secos.
Coco rallado: Para un toque exótico que recuerda los famosos chocolates blancos, pero con alma de café.
Bizcochos de soletilla desmigajados: Guarda un poco de polvo de galleta para un efecto «tono sobre tono».
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FAQ (Preguntas y Respuestas)
¿Puedo preparar las Trufas de Tiramisú con antelación?
¡Absolutamente sí! Además, preparándolas el día anterior permitirás que los sabores se mezclen perfectamente y la textura será aún más densa y agradable. Se conservan en el frigorífico durante unos 2-3 días.
No tengo mascarpone, ¿con qué puedo sustituirlo?
El mascarpone es lo ideal para el sabor clásico, pero puedes obtener buenos resultados también con queso crema tipo Philadelphia (para una nota ligeramente más ácido) o con ricotta bien escurrida y tamizada para una versión más ligera.
¿Cómo puedo evitar que la Nutella se salga de las trufas?
¡El secreto es la temperatura! Si la Nutella está demasiado fluida, ponla en el frigorífico durante media hora antes de componer las trufas. Si quieres ser súper precisa, crea pequeños montoncitos en papel de horno y congélalos durante 10 minutos: será sencillísimo cerrarlos dentro de la masa.
¿Los niños pueden comer estas Trufas de Tiramisú?
Sí, pero te aconsejamos usar café descafeinado o de cebada para el remojo. El sabor seguirá siendo delicioso y será un dulce apto para toda la familia.
¿Puedo congelar las Trufas de Tiramisú?
¡Ciertamente! Puedes conservarlas en el congelador en un recipiente hermético durante aproximadamente un mes. Solo tendrás que transferirlas al frigorífico una hora antes de servirlas para que recuperen la consistencia perfecta.
¿Por qué el cacao exterior se humedece después de un tiempo?
El cacao tiende a absorber la humedad del mascarpone. Si quieres que tus trufas tengan un aspecto impecable y «polvoriento» en el momento de servirlas, espolvorea con otra capa de cacao amargo justo antes de llevarlas a la mesa.
