La receta de pesto de albahaca y almendras y conservación, es una manera sencilla y también económica de preparar y conservar el pesto en casa durante bastante tiempo.
Usando albahaca fresca y perfumada y empleando almendras en lugar de piñones, mi versión de pesto alla genovese resulta deliciosa y también más económica que la versión original que incluye los más caros piñones.
Se prepara rápidamente y es rico en minerales como hierro, potasio, zinc, etc., presentes naturalmente en la albahaca y todas las otras vitaminas y proteínas contenidas también en los otros ingredientes que lo componen, como la vitamina D de las almendras, el calcio del queso.
La presencia del ajo, con sus conocidas propiedades antisépticas, es realmente un valor añadido no solo en términos de sabor.
Conservarlo no es en absoluto una tarea complicada y nos permitirá disfrutarlo con un sabor casi idéntico al que tiene recién hecho, durante varios meses.
Una manera rápida y saludable de condimentar una pasta de último momento, ya que siguiendo mis consejos, lo tendrás listo para usar incluso en el tiempo que lleva cocer la pasta.
Prueba y podrás contar con un nuevo recurso salvador de almuerzos o cenas y para un período del año que va más allá del verano.
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- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Muy económico
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 10
- Métodos de Cocción: Sin cocción
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Primavera, Verano
Ingredientes
- 120 g albahaca (fresca ya limpia)
- 40 g almendras (sin piel o piñones)
- 50 ml aceite de oliva virgen extra
- 1 diente ajo (grande o 2 pequeños)
- c.s. sal gruesa
- 40 g queso parmesano (rallado)
Herramientas
- Batidora
- 5 Vasos
- 5 Tapas para cerrar los vasos
Pasos
Para hacer el pesto de albahaca con almendras y conservación, comienza enjuagando varias veces la albahaca bajo el agua corriente, dejándola luego en remojo en un bol lleno de agua limpia durante unos diez minutos.
Desprender las hojas más bonitas y enteras de las ramas y pesar la cantidad de albahaca así obtenida.
Poner las hojas en el vaso de la batidora junto con la sal gruesa, el ajo, las almendras (o los piñones), el queso parmesano rallado o en trocitos y el aceite de oliva virgen extra.
Al tener que conservarlo, muchos prefieren añadir el queso solo al servir, en tal caso será suficiente omitir su adición en esta fase.
Triturar haciendo pausas breves entre un arranque de la batidora y otro, hasta obtener una mezcla fina y homogénea, apartar la que se tiene intención de consumir inmediatamente y colocar el resto en vasos de café de plástico para su conservación.
Llenarlos dejando sin embargo un margen para insertar la tapa sin que haya derrames.
Como alternativa a los vasos de plástico, se pueden usar tarros de vidrio o bandejas de aluminio con tapa.
La ventaja de utilizar los vasos de café de plástico es que será muy fácil sacar el pesto incluso si todavía está congelado, mientras que utilizando los tarros de vidrio habrá que esperar a que casi se haya ablandado por completo antes de poder sacarlo.
Dar golpes en la base de los vasos llenos, golpeándolos suavemente contra la palma de la mano, para eliminar posibles burbujas de aire.
Cubrir la superficie del pesto con una capa delgada pero uniforme de aceite para aislarlo mejor.
Cerrar con la tapa y congelar después de haber indicado en cada vaso la fecha de inicio de la congelación.
El contenido de cada vasito será más que suficiente para condimentar 2 o 3 platos de pasta.
Al usarlo, si tienes poco tiempo, bastará con sacar el pesto aún congelado del vaso, quitar con un cuchillo el aceite superficial y colocar el pesto en un platito mientras llevamos el agua a ebullición y cocemos la pasta, al final estará blando.
Dejar la pasta muy al dente y reservar algunas cucharadas de agua de cocción.
Con un cuchillo cortar en trocitos el pesto directamente sobre la pasta escurrida, añadir el agua reservada y un poco más de aceite. Además, si no se ha puesto antes, es el momento de añadir abundante queso parmesano rallado, mezclar.
Esperar unos minutos, volver a mezclar y servir.
Si por el contrario has pensado con antelación en el pesto como condimento para la pasta del día, sácalo del congelador unas horas antes y déjalo descongelar en la nevera.
La receta de pesto de albahaca con almendras y conservación está así completada.
Conservar en el congelador por no más de tres meses. Una vez descongelado, mantener en la nevera por un día como máximo y bien cerrado.
Fresco se puede conservar cerrado en un envase hermético en la nevera durante unos 2 días.
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