El risotto con calabaza amarilla es un primer plato típico del período otoñal, coincidiendo precisamente con la producción de este valioso vegetal.
Innumerables son los usos en la cocina de la calabaza, pero es en los risottos donde, a mi parecer, da lo mejor de sí.
Se obtiene de hecho un risotto delicado, pero al mismo tiempo sabroso, cremoso y muy agradable de comer, al cual yo añado un toque adicional, colocando sobre la superficie del plato a servir algunas tiras de speck dorado y calabaza frita.
Esto sin embargo, sirve solo para crear un bonito contraste entre el salado del speck y el dulce de la calabaza sin nunca cubrir la bondad de este risotto, ya de por sí bien definido en el sabor.
A tal respecto no descuidéis usar una calabaza dulce, ya que es precisamente ella quien da sabor al plato.
¡Seguid mi sencilla receta y veréis qué delicia!
- Dificultad: Fácil
- Costo: Muy económico
- Tiempo de preparación: 30 Minutos
- Porciones: 3
- Métodos de Cocción: Cocina de fuego
- Cocina: Italiana
Ingredientes
- 600 g calabaza en cubitos (+ 80 gramos de calabaza para la decoración final)
- 250 g arroz para risottos
- 50 g cebolla (seca)
- 20 g speck ahumado
- 80 ml vino blanco
- 50 g queso grana rallado
- q.b. aceite de oliva virgen extra
- q.b. aceite de girasol para freír
- q.b. sal
- q.b. pimienta negra molida
Utensilios
- Sartén antiadherente
- Cazuela grande
- Batidora de inmersión
Preparación
Para preparar el risotto con calabaza amarilla, lo primero que hacemos es freír las rodajas muy finas de calabaza, que luego colocamos sobre papel absorbente y salamos inmediatamente después de retirarlas del fuego.
Sobre una tabla, reducimos el speck ahumado a tiras y luego lo doramos ligeramente en una sartén antiadherente, sin añadir aceite.
Después lo reservamos.
Luego limpiamos la calabaza eliminando la piel exterior, los filamentos y las semillas.
Cortamos en trozos.
Cocinamos con poca agua en un pequeño cazo semicubierto y llevamos a cocción.
Cuando la calabaza esté suave, apagamos el fuego y trituramos en el mismo cazo con una batidora de inmersión.
Mientras tanto, en una cazuela grande, ponemos a sofreír la cebolla picada finamente con unos 4 cucharadas de aceite de oliva y cuando esté dorada añadimos el arroz.
Removemos durante unos minutos para tostarlo y luego añadimos el vino blanco.
Siempre removiendo, esperamos que se evapore, luego añadimos el puré de calabaza dejando sin embargo algunas cucharadas que utilizaremos para la decoración final.
Añadimos un poco de agua caliente, pero preferimos siempre añadirla según se necesite, para no encontrarnos al final con un arroz aguado, en lugar de cremoso.
Llevamos a cocción siempre removiendo.
Apagar cuando el arroz esté al dente.En este punto mezclamos con queso grana rallado y luego emplatamos.
Si se quiere dedicar algún momento a la presentación, se puede colocar en el centro del plato un montoncito de calabaza triturada (añadiendo antes una pizca de sal) y alrededor de él crear como una corona de speck en tiras y de rodajas de calabaza fritas y cortadas a la mitad.
Añadir luego un chorrito de aceite de oliva virgen extra y terminar con una pizca de pimienta negra.
Nuestro risotto con calabaza amarilla está listo para ser disfrutado.
Conservación
Bien cerrado en la nevera durante un par de días.
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