Todos conoceréis la farinata, el típico plato italiano de la tradición ligur y toscana, una especie de tarta salada hecha de harina de garbanzos mezclada con agua, y posteriormente cocida en horno o sartén hasta que se vuelva sólida. Pues bien, la receta que hoy quiero revelar y compartir con vosotros, es una farinata que se cree una croccantella! Una variante que he experimentado mezclando la harina de garbanzos con la de avena y que, a mi parecer, es realmente deliciosa y aún más crujiente! Tomando inspiración de la ya famosa croccantella de Diletta Secco, he combinado lo bueno de dos recetas creando una rica en fibras, vitaminas y minerales. Facilísima de hacer, será un perfecto salva cena y vacía neveras, añadiendo en su interior todas las verduras que os sobren o que la fantasía y vuestro ingenio os sugieran. Yo he creado una versión a base de calabacines, cebolla roja de Tropea y tomates cherry. ¡Una delicia increíble! Además, es una receta vegana y sin lactosa, lo cual no está nada mal, ¿no creéis? El secreto para un resultado excelente es el molde, que debe ser antiadherente, bajo y del diámetro adecuado. Además, es importante el uso del horno ventilado los minutos antes de sacarla. ¡El resto es pan comido! Podréis presentarla aún caliente y crujiente cortada en cuadritos para un aperitivo, como tentempié al inicio de una cena informal o consumida como plato único rústico en un brunch sano y ligero. En fin, ¡cualquier ocasión será la adecuada para impresionar a vuestros invitados y disfrutar de un plato sabroso y realmente irresistible!
CURIOSIDADES: ¿Sabíais que la harina de garbanzos, en particular, es rica en vitaminas del grupo B, vitamina A, vitamina E, Potasio, Calcio y Fósforo? Mientras que la harina de avena contribuye a disminuir los niveles de colesterol malo LDL? También es excelente su capacidad para estimular el hígado a producir lecitina y purificar así el organismo. Mejora la regularidad intestinal gracias a las fibras y reduce los niveles de azúcar en la sangre gracias a la fibra soluble.
Si también te encantan las preparaciones en bandeja para dividir en cuadritos y servir como finger food o bocadillos informales, prueba también estas recetas:
- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de reposo: 20 Minutos
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Métodos de Cocción: Horno
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Primavera, Verano, Todas las estaciones
Ingredientes
⚠ EN ESTA RECETA HAY UNO O MÁS LINKS DE AFILIACIÓN. Los productos que recomiendo son los mismos que uso yo en mis recetas; comprarlos a través de mi blog contribuye a sostenerme a mí y a mi trabajo, mientras que a vosotros no os costará nada extra!
- 90 g harina de garbanzos
- 70 g harina de avena
- 330 ml agua (a t.a.)
- 80 g tomates cherry (aprox. 10)
- 1/2 calabacín
- 1/2 cebolla roja de Tropea
- 1 cucharada cebollino (o orégano seco)
- 1/2 cucharadita cúrcuma en polvo
- 1 pizca mostaza amarilla en polvo
- 1 pizca pimentón dulce
- 30 ml aceite de oliva virgen extra (+ 3 cucharadas)
- 1 cucharadita sal (al ras)
Herramientas
- 1 Bandeja antiadherente
- 1 Tabla de cortar
- 1 Cuchillo
- 1 Cuenco
- 1 Cuenco grande
- 1 Batidor de mano
- 1 Tamiz
Pasos
Lava y corta los tomates cherry por la mitad, pela la media cebolla y córtala en rodajas no demasiado gruesas, luego transfiere todo a un cuenco grande, condimenta con una pizca de sal y 2-3 cucharadas de aceite y mezcla.
Lava y corta los extremos de los calabacines, luego córtalos en rodajas no demasiado gruesas y reserva salándolos ligeramente.
Aparte, en un cuenco grande, tamiza las dos harinas.
Añade una cucharadita al ras de sal y mezcla con un batidor de mano.
Agrega todas las especias, es decir, la cúrcuma, la mostaza y el pimentón dulce y mezcla nuevamente.
Mezcla poco a poco añadiendo el agua a temperatura ambiente de a poco, girando simultáneamente con un batidor de mano.
Trabaja hasta disolver todos los grumos y obtener así una mezcla lisa y homogénea.
Finalmente, añade el aceite de oliva virgen extra y da una última mezcla. Cubre con un paño y deja reposar al menos 20′, aunque sería mejor un par de horas.
Vierte la mezcla en un molde antiadherente amplio y bajo* y bien aceitado**. Distribuye sobre toda la superficie las rodajas finas de calabacín.
Agrega también los anillos de cebolla roja y los tomates cherry.
Completa con una buena y abundante espolvoreada de cebollino y coloca en horno precalentado a 190°C por aprox. 50′, activando la modalidad ventilada los últimos 5′ de cocción***.
Una vez cocida, saca del horno y deja entibiar unos minutos antes de servir.
¡Y voilà… vuestra farinata crujiente está lista para ser disfrutada!
¡Buen Provecho desde La Cocina de FeFè!
Conservación
👉 La farinata crujiente debe consumirse aún caliente recién salida del horno para disfrutar de toda su fragancia y crocancia, pero si sobra, podréis conservarla en la nevera dentro de un contenedor apropiado con cierre hermético y recalentarla en horno ya caliente unos minutos.
Consejos
🟣 * El molde bajo sirve para distribuir la mezcla en una capa delgada, para que en cocción pueda solidificarse rápidamente y volverse crujiente.
🟣** Si vuestro molde no es antiadherente, aconsejo engrasarlo muy bien y espolvorearlo con harina de maíz tipo flor.
🟣*** La cocción puede variar de un horno a otro, esto significa que vuestra farinata crujiente podría cocinarse antes o después del tiempo que os he indicado, por lo que aconsejo vigilarla después de los primeros 35′ y esperar a que esté bien dorada.

