CONSERVACIÓN

La pasta fresca hecha en casa se conserva por un día fuera del frigorífico en un lugar fresco y seco.

Podéis secar las tagliatelle o lasañas en una rejilla perforada o en un escurridor de pasta durante dos o tres días en un lugar seco y ventilado, y después conservarlas hasta 2 meses en bolsas de papel para alimentos.

Si queréis, también podéis congelarla, primero bien separada y luego recogida en una bolsa de congelación para alimentos hasta 8 meses.