Pasos

• Para empezar, disuelve la levadura en agua tibia con una pizca de azúcar (si usas levadura fresca). Si usas, como yo, levadura seca, agrégala a la harina sin disolverla.

• En el bol de la amasadora (o en un bol grande), vierte la harina, añade el agua, la levadura, el aceite de oliva virgen extra y comienza a amasar, luego añade también la sal (la sal no debe entrar en contacto directo con la levadura).

• Amasa enérgicamente hasta obtener una masa lisa y elástica. Forma una bola, colócala en un bol ligeramente aceitado, cubre con film transparente y deja reposar en un lugar cálido durante al menos 2 horas, o hasta que doble su volumen. Yo, habitualmente, la pongo en el horno apagado, pero con la luz encendida.

• Mientras tanto, pela la cebolla, córtala en rodajas finas y deja que se ablande en una sartén con un chorrito de aceite de oliva virgen extra, a fuego lento, hasta que esté tierna y ligeramente dorada. Este paso suavizará el sabor fuerte de la cebolla y la hará más dulce al cocinarse.

• Consejo rápido: cuando tengo prisa, corto la cebolla en rodajas y las coloco en un plato con un chorrito de aceite, mezclo rápidamente y las cocino en el microondas en 3 tandas.

  

• Pasado el tiempo de fermentación, toma la masa y extiéndela finamente con un rodillo sobre una tabla de amasar ligeramente enharinada para evitar que se pegue, formando un disco de unos 25-27 cm de diámetro, adecuado para el tamaño del horno Ferrari.

  N.B.: Si prefieres la pizza con el borde grueso, intenta no desinflar el borde: extiende la masa con las manos comenzando desde el centro, empujando el aire desde el centro hacia el exterior y formando un disco. Deja unos 2-3 centímetros del borde sin tocarlo, de este modo se inflará durante la cocción.

  

• Unta uniformemente la salsa de tomate (o el puré – yo tenía salsa ya preparada) sobre la base de la pizza, dejando un pequeño borde libre. Corta la mozzarella y el gorgonzola en trozos, colócalos sobre la pizza, y luego añade la cebolla ablandada.

  Mientras tanto, enciende el horno Ferrari girando el dial a 2 y 1/2. Yo, para evitar manchar la piedra, la cubro con papel de aluminio para alimentos.

  

• Prepara la pizza con las palas del horno, colócala sobre la piedra ya caliente, rocíala con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y, si te gusta, una pizca de orégano.

  

• Déjala cocinar, cerrando la tapa, durante unos 5 – 8 minutos o hasta que el borde esté dorado y crujiente y el Gorgonzola esté derretido y ligeramente dorado.
  

  

• Mira la cocción, porque los tiempos pueden variar ligeramente según el modelo del horno y el grosor de la masa.

  

• Retira la pizza del horno y sírvela inmediatamente, caliente y fragante. Aquí está la Pizza con Gorgonzola y Cebollas lista. ¡Buen provecho!

  

• Hasta la próxima receta.

  

• Esta pizza de sabor intenso y textura crujiente te conquistará al primer bocado.

  

• Para completar, también puedes añadir rodajas de speck.