Aquí tienes una guía completa para redescubrir una de las joyas de la tradición de las Marcas: la crescia de polenta receta de las Marcas. Este plato nace del deseo de valorizar las sobras de polenta, transformándolas en una focaccia suave y versátil, muy similar a una piadina pero más gruesa, capaz de abrazar sabores rústicos y genuinos.
Nacida como receta «pobre» de la cocina campesina, hoy la crescia es admirada por su simplicidad y su sabor auténtico: un homenaje a las raíces y a los sabores de la tierra, perfecta tanto para disfrutar sola como rellena con hierbas, embutidos y quesos, o incluso en versión dulce con crema de avellanas.
La crescia de polenta de las Marcas encierra en sí el encanto de la cocina campesina: un arte de recuperación que ha sabido transformar las sobras en delicias, manteniendo vivas técnicas y sabores transmitidos de generación en generación.
Es precisamente esta simplicidad, junto con la capacidad de adaptarse tanto a preparaciones saladas como dulces, lo que la convierte en un plato siempre actual y amado en las fiestas y ferias del pueblo. Hoy, con algunos pequeños toques personales, podéis llevar a la mesa un pedazo de historia y tradición de las Marcas.
- Dificultad: Fácil
- Costo: Muy económico
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 4Piezas
- Métodos de Cocción: Cocina, Parrilla
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Todas las estaciones
Ingredientes para la Crescia de polenta receta de recuperación de las Marcas
- 400 g polenta, cocida (sobrante)
- 200 g harina 00 (peso indicativo)
- 80 g manteca de cerdo (o 60 ml de aceite de oliva virgen extra)
- 1 cucharadita sal fina
Preparación Crescia de polenta receta de recuperación de las Marcas
Prepara la polenta: Si no tienes sobras, prepara la polenta siguiendo el método habitual; déjala enfriar un poco para poder manipularla fácilmente.
Crea la masa: En una superficie ligeramente enharinada, vierte aproximadamente 200 g de harina 00 junto con la polenta, la manteca de cerdo y la sal.
Amasa bien para mezclar los ingredientes.
La polenta, por su naturaleza húmeda, podría hacer que la masa sea ligeramente pegajosa, así que añade gradualmente más harina hasta obtener una mezcla seca y homogénea, similar a la de una piadina.
Formar las crescias: Divide la masa en 4-6 partes, dependiendo del tamaño deseado.
Con la ayuda de un rodillo, extiende cada pieza formando un disco redondo y delgado, pero no demasiado frágil, para mantener una buena consistencia durante la cocción.
Cocción: Calienta una plancha antiadherente o una plancha de hierro fundido ligeramente engrasada.
Cocina cada crescia durante aproximadamente 5 minutos por lado, hasta que se formen bonitas estrías doradas y la superficie esté crujiente por fuera, pero mantenga la suavidad por dentro.
Un consejo de la tradición es cocinarlas a la parrilla para realzar aún más el sabor rústico, si tienes la posibilidad, aprovéchala.
Servir: Sirve las crescias bien calientes, para disfrutar simples o rellenas.
Entre las propuestas clásicas Relleno salado: verduras salteadas, embutidos, pecorino u otros quesos.
Nosotros las hemos rellenado con jamón curado, rúcula y lascas de pecorino.
Conservación, variantes y consejos
La crescia de polenta se conserva en el frigorífico bien cerrada en un recipiente hermético durante 2 días.
Podéis hacer también la versión dulce añadiendo una pizca de azúcar en lugar de sal, extiéndelas muy finas y fríelas para luego espolvorearlas con azúcar.
Podéis sustituir la manteca de cerdo con aceite de oliva virgen extra.
Si no tienes polenta sobrante, puedes prepararla con 100 g de harina para polenta y 400 ml de agua, cocinándola bien y luego dejándola enfriar bien.
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