Las alcachofas y patatas salteadas en sartén son realmente deliciosas, especialmente si las prepara mi amiga Attilia. Este tipo de combinación no la había hecho nunca en sartén, solo al horno junto a un buen trozo de cordero. Pero desde que me las hizo probar, cuando es temporada, las hago muy a menudo. Es una receta muy sencilla, que se adapta bien a cualquier tipo de plato y no os escondo que a veces también hago de ella un plato único. Sin embargo, os recomiendo no usar la tapa durante la cocción, porque de lo contrario os arriesgáis a hervir todo y el resultado no sería el mismo. Así que fuego medio-alto y remover continuamente. En cuanto a las alcachofas, como podéis ver en las imágenes, he utilizado las romanas que son más grandes de lo habitual, pero también muy tiernas. Preparad este acompañamiento con las que podáis encontrar.
Si os gustan las alcachofas, entonces no os perdáis las próximas recetas:
- Costo: Medio
- Tiempo de preparación: 20 Minutos
- Porciones: 4 personas
- Métodos de Cocción: Fogón
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Invierno, Primavera
Ingredientes
- 3 alcachofas romanas o 4 si son más pequeñas
- 400 g patatas
- 2 dientes ajo
- 3 cucharadas aceite de oliva virgen extra
- c.s. sal
- 1 ramita menta romana no necesaria
Herramientas
- 1 Sartén
- 1 Cuchillo
- 1 Tabla de cortar
Cómo se preparan las Alcachofas y patatas salteadas en sartén
Primero, poneros guantes de látex para limpiar las alcachofas, de lo contrario os arriesgáis a ennegreceros las manos. Comenzad cortando un trozo del tallo superior, porque seguramente lo encontraréis ennegrecido, y el que está unido a la flor.
Con un cuchillo afilado, quitad la parte coriácea y sumergid en agua y vinagre (o limón), la parte tierna. Pasad ahora a la flor, eliminando todas las hojas externas, esas seguramente más duras. Tened cuidado de no quitarlas del todo, porque la parte a la que están adheridas es de todos modos tierna.
Tajad ahora también el trozo de tallo que queda unido, eliminad también la punta de la alcachofa y divididla por la mitad.
Quitad la parte interna, la peluda y espinosa y ponedlas en agua acidulada. Terminado el proceso de limpieza, enjuagadlas bajo el agua corriente y secadlas.
Cortadlas en rodajas, pero que las rodajas no sean ni demasiado gruesas ni demasiado finas. Creo que pueden estar bien con un grosor de aproximadamente 1 centímetro. Ahora pasad a las patatas: peladlas, lavadlas, secadlas y cortadlas en trozos, teniendo siempre presente que el grosor deberá ser medio pequeño.
Verted el aceite de oliva virgen extra en una sartén antiadherente y de bordes altos, junto con el ajo cortado en trocitos y las patatas en trozos.
Espolvoreadlas con un poco de sal, dejadlas dorar bien a fuego medio-alto, y en cuanto estén ligeramente doradas, añadid también las alcachofas.
Después de salarlas, yo añado algunas hojas de menta romana porque me gusta mucho, pero no es necesaria. En este punto, mezclad bien, y dejad cocinar unos veinte minutos más, manteniendo siempre un fuego bastante vivo para que queden crujientes. Obviamente, para que esto ocurra, no debéis cubrirlas con la tapa. El tiempo de cocción también dependerá del tipo de alcachofa utilizado, por lo que os aconsejo probarlas antes de apagarlas. Si se secan demasiado, no bajéis el fuego sino añadid un poco de agua hirviendo.
Servid vuestras Alcachofas y patatas salteadas en sartén, recién sacadas de la sartén o calentadas en microondas, si deseáis prepararlas con mucha antelación.
Consejos y conservación
Las alcachofas y patatas salteadas en sartén se conservan perfectamente en el frigorífico durante al menos dos días. Podrían cambiar ligeramente de color, especialmente las alcachofas, pero no os preocupéis porque están igualmente deliciosas.
En cualquier caso, os aconsejo conservarlas en un recipiente hermético, preferiblemente de vidrio o cerámica, para que no sufran contaminación de otros alimentos almacenados en el frigorífico, tal vez todavía crudos.
Evitad el plástico porque es realmente nocivo, libera continuamente sustancias tóxicas que entran en contacto con la comida. Por este motivo, trato de comprar siempre alimentos que carecen de ello, y si no puedo evitarlo, los saco inmediatamente del envoltorio y los coloco en un tarro de vidrio.

