Sopa de garbanzos, calabaza y jengibre

Un abrazo cálido en los días fríos: sopa de garbanzos y calabaza. El otoño es la estación de las sopas. Cuando las temperaturas bajan y los días se acortan, ¿qué mejor que un plato humeante que calienta el cuerpo y el corazón? Las sopas otoñales son un verdadero comfort food, perfectas para mimarse después de un largo día. Esta sopa de garbanzos y calabaza es para mí el símbolo del otoño, un concentrado de sabores y aromas que evocan los días más frescos y las hojas que cambian de color. La dulzura de la calabaza se combina a la perfección con la cremosidad de los garbanzos, mientras que el jengibre, la cúrcuma, el pimentón y el comino añaden un toque especiado y envolvente.

Sopa de garbanzos, calabaza y jengibre
  • Dificultad: Muy fácil
  • Costo: Muy económico
  • Tiempo de reposo: 10 Minutos
  • Tiempo de preparación: 20 Minutos
  • Porciones: 4
  • Métodos de Cocción: Cocina, Hervir, Cocción lenta
  • Cocina: Italiana
  • Estacionalidad: Otoño, Invierno y Primavera, Halloween
262,14 Kcal
calorías por ración
Información Cerrar
  • Energía 262,14 (Kcal)
  • Carbohidratos 42,17 (g) de los cuales azúcares 6,35 (g)
  • Proteínas 12,51 (g)
  • Grasa 4,93 (g) de los cuales saturados 0,27 (g)de los cuales insaturados 0,41 (g)
  • Fibras 10,70 (g)
  • Sodio 408,49 (mg)

Valores indicativos para una ración de 470 g procesada de forma automatizada a partir de la información nutricional disponible en las bases de datos CREA* y FoodData Central**. No se trata de consejos alimentarios y/o nutricionales.

* CREATES Centro de Investigación sobre Alimentación y Nutrición: https://www.crea.gov.it/alimenti-e-nutrizione https://www.alimentinutrizione.it ** Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, Servicio de Investigación Agrícola. FoodData Central, 2019. https://fdc.nal.usda.gov

Ingredientes

  • 800 g garbanzos cocidos, hervidos
  • 500 g calabaza
  • 1 cebolla dorada
  • 2 dientes ajo
  • Unas rodajas jengibre fresco (15 gramos)
  • 2 g pimentón
  • 1 cucharada comino
  • 1 cucharada cúrcuma en polvo
  • 400 g puré de tomate
  • 400 ml caldo de verduras
  • al gusto aceite de oliva virgen extra
  • 1 pizca pimienta negra (Opcional)
  • 4 g sal gruesa

Herramientas

  • 1 Cacerola de bordes altos Vier

Pasos

  • Comienza preparando la calabaza: lávala, quita la piel con un cuchillo afilado, las semillas y los filamentos internos. Córtala en trozos medianos, no demasiado pequeños, para que no se deshagan durante la cocción. Mientras la calabaza está lista, prepárate para los otros ingredientes del sofrito. Pela la cebolla y córtala finamente. Pela también el ajo y el jengibre. Para este último, tienes dos opciones: Si te gusta el sabor intenso del jengibre, pícalo finamente con un cuchillo. Si prefieres un gusto más suave, rállalo con un rallador de agujeros pequeños.

    Sopa de garbanzos, calabaza y jengibre
  • Ahora que todo está listo, toma una cacerola grande y vierte un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Sofríe la cebolla a fuego lento durante unos minutos, hasta que se ablande y quede ligeramente transparente. Añade el ajo y el jengibre picado o rallado y continúa la cocción un minuto más, removiendo con frecuencia para evitar que se quemen. Finalmente, es el momento de las especias: añade la cúrcuma, el pimentón y el comino. Para el pimentón, puedes elegir entre el dulce, para un sabor más suave, o el picante, si te gustan los sabores más intensos. Remueve bien con una cuchara de madera para integrar las especias en el sofrito. Justo después de añadir las especias, puedes añadir una cucharadita de caldo caliente para tostarlas mejor. Ten cuidado de no quemarlas, de lo contrario se volverán amargas.

    Sopa de garbanzos, calabaza y jengibre
  • Añade los trozos de calabaza en la cacerola con el sofrito y remueve bien para que se impregnen de las especias. Deja cocinar un minuto a fuego alto, removiendo de vez en cuando. Incorpora los garbanzos precocinados (escurridos y enjuagados si usas los de bote) y déjalos impregnar durante otro minuto, mezclándolos con la calabaza y el sofrito.
    Vierte el caldo de verduras caliente y el puré de tomate. Remueve con cuidado, lleva a ebullición, luego baja el fuego, cubre la cacerola con una tapa y deja cocinar a fuego lento durante unos 30 minutos. Revisa de vez en cuando que la sopa no se seque demasiado; si es necesario, añade un cucharón de agua caliente.
    La sopa estará lista cuando la calabaza esté tierna, pero debe quedar en trozos, con una consistencia firme similar a los garbanzos.

    Sopa de garbanzos, calabaza y jengibre
  • Revisa de vez en cuando que la sopa no se seque demasiado; si es necesario, añade un cucharón de agua caliente. En este punto, quita la tapa y continúa la cocción durante otros 10 minutos aproximadamente, para espesar la sopa hasta la consistencia deseada. Una vez llegada al final de la cocción, ajusta de sal y pimienta a tu gusto. Apaga el fuego y deja reposar la sopa durante al menos 10 minutos antes de servirla: esto permitirá que los sabores se integren aún más y se liberen al máximo.

    Sopa de garbanzos, calabaza y jengibre
  • Sírve la sopa de garbanzos y calabaza aún caliente en los tazones. Añade una cucharadita de aceite de oliva virgen extra en crudo a cada persona para realzar el sabor y la cremosidad del plato. Si te gusta, completa con una pizca de perejil fresco finamente picado para añadir un toque de frescura. Acompaña la sopa con pan fresco o tostado: mojar el pan es obligatorio, ¡buen provecho!

    Sopa de garbanzos, calabaza y jengibre

Consejos:

Para un toque aún más otoñal, puedes añadir unas hojas de salvia fresca picada al momento de servir. Si quieres enriquecer la sopa, puedes adornarla con semillas de calabaza tostadas o con una pizca de parmesano rallado. Para un toque crujiente, puedes acompañar la sopa con crutones de pan aromatizados con ajo o romero. Si te gustan los sabores picantes, añade una pizca de chile en polvo al sofrito o sirve la sopa con un chorrito de aceite de chile. Para una versión más ligera, puedes sustituir parte del caldo de verduras con agua.

Variantes:

Para una sopa más cremosa, puedes triturar una parte de la sopa con una batidora de mano antes de servirla. Puedes añadir otras verduras al gusto, como patatas, zanahorias o apio. Si no tienes pimentón, puedes sustituirlo con otra especia como el curry o la cúrcuma. Para una versión vegana, asegúrate de utilizar un caldo de verduras sin ingredientes de origen animal.

Conservación:

La sopa de garbanzos y calabaza se conserva en el frigorífico durante 2-3 días, en un recipiente hermético. Antes de consumirla, recalienta a fuego lento o en el microondas. Consejos para la conservación: Deja enfriar completamente la sopa antes de guardarla en el frigorífico. Utiliza un recipiente hermético para evitar que la sopa absorba olores del frigorífico. Si quieres congelar la sopa, transfiérela a un recipiente apto para congelar y consúmela en un plazo de 2-3 meses.

Aquí tienes algunos consejos para maridar el vino con tu sopa de garbanzos, calabaza y jengibre, considerando los ingredientes y sus sabores:

Vinos blancos:

Gewürztraminer: Las notas aromáticas y especiadas de este vino se combinan bien con el jengibre y las otras especias de la sopa, creando una armonía. Su ligera dulzura equilibra la salinidad de los garbanzos y la dulzura de la calabaza.

Riesling: Un Riesling con buena acidez puede contrarrestar la cremosidad de la sopa y limpiar el paladar. Sus notas afrutadas y florales armonizan con la dulzura de la calabaza.

Vermentino: Si prefieres un vino italiano, el Vermentino, con su frescura y mineralidad, es una excelente elección. Sus notas cítricas y ligeramente saladas combinan bien con los garbanzos y el jengibre. Vinos tintos:

Pinot Noir: Un Pinot Noir joven, con sus taninos delicados y notas especiadas, puede acompañar la sopa sin sobrepasar sus sabores. Su acidez equilibra la dulzura de la calabaza.

Lambrusco: Sorprendentemente, un Lambrusco ligero y espumoso puede ser una combinación interesante. Su vivacidad y sus notas afrutadas crean un contraste agradable con la cremosidad de la sopa.

Consejos:

Temperatura de servicio: Sirve los vinos blancos frescos (8-10°C) y los vinos tintos ligeramente frescos (14-16°C).

Considera la consistencia:

Si decides triturar la sopa, haciéndola más cremosa, puedes preferir un vino blanco más estructurado o un tinto ligero con buena acidez.

En definitiva, la elección del vino depende de tus gustos personales.

¡Te recomiendo experimentar y encontrar la combinación que más te guste!

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dadcook

Soy un apasionado de la cocina y un profesional, y en este blog comparto mis recetas, fruto de años de experiencia y experimentación. Desde las recetas clásicas de la tradición italiana hasta creaciones más innovadoras, mi objetivo es hacer que la cocina sea accesible para todos, estén donde estén.

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