El granizado de almendra es un clásico del desayuno siciliano.

Tradicionalmente se disfruta con un bollo con tuppo o con la panzotta (bollo sin tuppo), ambos a base de masa leudada con huevo aromatizada con vainilla o cítricos, con forma similar a un moño: una base semiesférica coronada por el llamado «tuppu» (del francés tupé, es decir, el cabello recogido en la nuca).

▶Desde la Edad Media, en Sicilia existía la profesión de los «nivaroli», o sea, aquellos hombres que en invierno se dedicaban a recoger la nieve en el Etna, en los montes Peloritani, Iblei o Nebrodi, y todo el año, se encargaban de conservar la nieve en las «nevieras», resguardándola del calor veraniego.



▶Durante el siglo XVI se descubrió que se podía usar la nieve, mezclada con sal marina, como método para refrigerar.



▶La preparación del granizado siciliano es única y logra dar una consistencia «a copos» al producto final. Esta preparación siguió siendo común hasta el primer Novecento con el nombre de «rattata» (raspado).



▶En el transcurso del siglo XX la nieve fue sustituida por el agua y la miel por el azúcar, el pocillo manual enfriado con hielo (o nieve) y sal, gracias a la tecnología del frío (mantecadora), fue sustituido por la heladera.


La receta que sigue es la del granizado de almendra sin heladera.