Los Huevos de codorniz al plato son un plato sencillo, rápido y realmente delicioso. Es una receta salvacenas, que se puede preparar incluso en el último momento y que siempre gusta a toda la familia. Mi madre a veces los preparaba solo con cebolla y tomate y otras veces añadía también un poco de pimiento, para hacerlos más sabrosos. En cualquier caso, se pueden enriquecer con lo que más nos guste, quizás incluso con parmesano rallado.
Si os gustan los huevos de codorniz y no solo, entonces no os perdáis las próximas recetas:
- Costo: Económico
- Tiempo de preparación: 10 Minutos
- Porciones: 2 personas
- Métodos de Cocción: Fogón
- Cocina: Italiana
Ingredientes
- 1 paquete Huevos de codorniz
- 200 g Tomates cherry
- 1 Cebolla pequeña
- 200 g pimiento amarillo
- 4 rebanadas Pan integral
- c.s. Aceite de oliva virgen extra
- c.s. Sal y pimienta
Herramientas
- 1 Sartén antiadherente
Preparación
Después de lavar y secar el pimiento, lo cortamos en tiras, no todas delgadas, de modo que algunas queden crujientes. Hacemos lo mismo con la cebolla y también rebanamos los tomates cherry.
Ponemos dos o tres cucharadas de aceite de oliva virgen extra en una sartén antiadherente y vertemos inmediatamente la cebolla encima. Añadimos también los pimientos, una pizca de sal y dejamos dorar. También añadimos los tomates cherry y continuamos la cocción hasta que estén bien marchitos.
En este punto, solo queda romper los huevos de codorniz encima, pero ábrelos con delicadeza porque se rompen fácilmente. Cocínalos solo por unos minutos, porque de lo contrario corremos el riesgo de secarlos. Finalmente, si lo deseamos, espolvoréalos con pimienta recién molida.
Servimos nuestros Huevos de codorniz al plato, inmediatamente, bien calientes y acompañados tal vez por algunas rebanadas de pan con nueces.
Consejo:
Los huevos de codorniz se pueden conservar en el frigorífico durante un día, pero en un recipiente hermético.
Si aún no habéis encontrado la pimienta que más os gusta, os recomiendo probar la de Madagascar. Se vende en granos, para molerla fresca, en el momento.
Cuesta un poco, pero una vez probada, no la abandonaréis: se trata de una pimienta con un sabor y aroma intensos.
Os daréis cuenta de cuánto poco se necesita para enriquecer vuestros platos.

