Escalopines de hígado a la salvia y vino blanco es un segundo plato sabroso, cocinado en sartén en poquísimos minutos, ¡sencillo pero buenísimo!

Hoy quiero honrar la tradición gastronómica con un plato que, por desgracia, ha casi desaparecido de nuestras mesas.

El hígado de ternera de hecho es un corte de carne que no es muy apreciado, un poco como todos los cortes pobres, el famoso quinto cuarto para entendernos.

Lo primero es la elección del corte, tenéis dos opciones: ternera o ternerillo.

Os explico inmediatamente qué cambia, ¡cambia la consistencia y el sabor!
El hígado de ternerillo es más claro, mucho más blando pero de sabor muy delicado.
Por el contrario el hígado de ternera es ligeramente más oscuro, un poco más consistente y de sabor más intenso.

El hígado es realmente muy bueno y, al contrario de lo que se podría pensar, también es un alimento que no necesita una elaboración compleja. 

Es un corte de carne tierno y delicado, de sabor particular. Un alimento importante desde el punto de vista nutricional: rico en proteínas, pocos carbohidratos, una cantidad significativa de vitaminas, rico en hierro y otros minerales.

Para un resultado perfecto y seguro, es necesario utilizar hígado fresquísimo, de excelente calidad, proveniente de una cadena de suministro trazable y fiable; un tipo de carne que requiere una elaboración sencilla, pero necesita de una cocción profunda, a altas temperaturas.

Rico en hierro, adecuado en particular para quienes sufren de anemia.

Podrían comerlo incluso los niños.

Excelente tanto en sartén como a la parrilla, con salvia pero también con cebollas y con cualquier otro tipo de hortalizas.

Como guarnición podemos combinar un puré de patatas, unas patatas al horno o unas verduras salteadas o una sabrosa ensalada mixta.