La milhojas de calabacín blanco es un plato sencillo que se prepara con todos los ingredientes crudos antes de la cocción al horno. Capas finas de calabacín se alternan con suave mozzarella y pesto perfumado, creando una composición ligera y sabrosa.
Es una receta versátil: perfecta como aperitivo, plato único vegetariano o acompañamiento elegante. Fácil de preparar, pero capaz de sorprender por su delicadeza y equilibrio. Una manera creativa de valorizar el calabacín y llevar a la mesa un plato sabrosísimo.
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- Dificultad: Fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de preparación: 20 Minutos
- Porciones: 4 Personas
- Métodos de Cocción: Horno
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Primavera, Verano y Otoño
Ingredientes para la preparación de la milhojas de calabacín blanco
- 5 calabacines
- 300 g mozzarella para pizza
- 100 g pesto a la Genovese
- c.s. sal
- 20 g queso parmesano rallado
- c.s. aceite de oliva virgen extra
- 100 g pan rallado
Utensilios
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- Fuente para el horno
Pasos
Empieza lavando los calabacines, quitándoles las puntas y cortándolos en rodajas delgadas, pero no demasiado. Corta también la mozzarella en rodajas finas. Alternativamente, puedes usar queso en lonchas o las lonchas de tu queso preferido de pasta hilada.
En una fuente para el horno, vierte un hilo de aceite. Espolvorea con pan rallado. Haz una capa de rodajas de calabacín. Sálalos ligeramente y espolvorea con un poco de pan rallado. Cubre con rodajas de mozzarella, un poco de pesto. Continúa con estas capas hasta terminar los ingredientes.
Termina con parmesano, un chorro de aceite y hornea a 180°, ventilado, durante 30 minutos. Deja reposar unos minutos y lleva a la mesa. La milhojas está riquísima tanto caliente como tibia.
Conservación
Puedes conservar la milhojas en la nevera por dos o tres días.
