Para desayunar o merendar, los bollos integrales con nueces son deliciosos y perfectos para acompañar platos dulces o salados. Son suaves, sabrosos, facilísimos, hechos con levadura natural, harina integral y, sobre todo, nueces que les confieren un aroma y un sabor único. Que decidas, por tanto, degustarlos con mantequilla derretida y miel, o con mortadela, con los bollos integrales con nueces siempre prepararás aperitivos deliciosos. Aquí encontraréis una versión de los bollos con harina integral aún más suave, hecha con levadura de cerveza, para aquellos que no poseen la levadura natural.

- Costo: Económico
- Tiempo de reposo: 12 Horas
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 12
- Métodos de Cocción: Horno
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Otoño, Otoño, Invierno y Primavera
Ingredientes
- 150 g masa madre
- 400 g harina integral de trigo
- 200 g harina 0
- 100 g nueces picadas
- 12 g sal fina
- 400 ml agua
Preparación
Refrescamos nuestra masa madre y dejémosla duplicar su volumen.
Mientras tanto pelamos las nueces y las pasamos en horno caliente a 160* durante 12/15 minutos, en la bandeja más baja, para tostarlas y eliminar la piel exterior. Tritúralas gruesamente o, para un sabor más delicado, redúcelas a polvo con una batidora.
Cuando la levadura haya duplicado su volumen, pongámosla en el bol de una amasadora o en un cuenco grande, ancho y bajo, junto con las dos harinas tamizadas, las nueces, la sal y 350 ml de agua.
Comencemos a amasar de manera gruesa; luego añadimos el agua restante poco a poco. Debemos obtener una masa suave y fácil de trabajar.
Volquemos la masa sobre la mesa de trabajo y amasamos hasta que el bollo ya no se pegue ni a las manos ni a la mesa de trabajo.
Hacemos una bola y dejémosla reposar sobre la mesa de trabajo, ya espolvoreada con harina 00 o sémola remolinada (que prefiero, porque ayuda a secar las masas) bajo un contenedor en forma de campana, durante una hora.
Después de una hora, extendemos el bollo suavemente con las manos, como si quisiéramos sacar un rectángulo y le damos las dobleces como se indica en las fotos.
Dividimos la barra obtenida en 12 piezas de 100 gramos cada uno y, con las manos, los aplastamos suavemente sobre la mesa y luego los enrollamos sobre sí mismos. Podemos dar una forma esférica o cilíndrica a nuestros bollos, según nuestros gustos y la creatividad del momento. Finalmente, colóquelos en una bandeja con papel de horno, separados 2 dedos uno del otro.
Hacemos un corte en cruz en la superficie y dejamos que aumenten hasta duplicar su tamaño, cubriéndolos con otra bandeja o con un paño de cocina. Los tiempos de fermentación son puramente indicativos, ya que influirá la temperatura ambiente y la fuerza de la masa madre. En mi caso, la última fermentación duró toda la noche, unas 12 horas, porque la temperatura en casa era bastante baja.
Cuando los bollos hayan aumentado su volumen, encendemos el horno a la temperatura máxima e introducimos dentro un cazo con agua ya hirviendo.
Cuando el horno haya alcanzado la temperatura, introducimos la bandeja en el estante central y eliminamos el cazo.
Dejamos cocer a la temperatura máxima durante los primeros 5 minutos, luego la bajamos a 200* y continuamos la cocción durante otros 20-25 minutos aproximadamente.
Pruébalos calientes con miel o Nutella; o con salami o, de nuevo, con mortadela. Son simplemente estupendos.
Los bollos integrales con nueces y masa madre, después de cocidos y enfriados, se pueden conservar en el congelador para tenerlos siempre a mano; o podemos mantenerlos por unos días en bolsas para alimentos.
Si te gusta el sabor y el aroma de la harina integral, en el blog, además de varios tipos de pan y bollos, tortillas integrales, pasta fresca, encontrarás otras recetas tanto dulces como saladas en las que utilizo este tipo de harina, como la tarta con amaretti y ricotta, pan de molde integral, tarta de nueces y chocolate y mucho más.