Mantequilla de manzana o apple butter es una conserva claramente hecha con manzanas, perfumada con canela y limón, que podemos usar tanto en recetas dulces como saladas para crear ese delicioso contraste agridulce que es muy apetitoso.

Es sencillísima y la larga cocción crea una salsa bastante densa de manzana perfecta para untar en tostadas y galletas, pero también queda muy bien en una tostada con rodajas de camembert o brie (y ya tengo alguna idea en mente je je).

No quise triturar la compota con la batidora de mano porque ya estaba muy cremosa y suave, pero si prefieres, 10 segundos de batidora y ¡voilà!

La cocción prolongada de la mantequilla de manzana crea un efecto como de caramelo, y de hecho el color es oscuro, caramelizado, porque el agua contenida en la fruta se evapora poco a poco mientras se cocina la crema de rodajas de manzanas, obteniendo también una conserva densa y deliciosa.

La especia que usé para aromatizar la mantequilla de manzana casera es la canela en polvo, pero también podemos usar un pizca de nuez moscada (¿sabías que en grandes cantidades es venenosa?), o clavos de olor o vaina de vainilla.

La receta de la mantequilla de manzana es originaria de los países de Europa Central como Alemania y los Países Bajos, que en la época medieval eran países con grandes producciones de manzana, y este es un excelente método para conservar la fruta durante mucho tiempo.

La mantequilla de manzana es perfecta también para rellenar una tarta y podemos verterla en tarros esterilizados y conservarla durante una semana en el frigorífico.

Si preferimos, podemos congelar la conserva cremosa de mantequilla de manzana en el congelador, pero personalmente prefiero en ese caso hacerla de nuevo ya que es económica y no requiere mucho trabajo.

Te dejo otras recetas a base de manzana como: