Cuando se habla de pasta con salmón, uno piensa enseguida en la típica receta cremosa… ¡pero esta vez cambiamos!
Este primer plato nace de un deseo repentino y algo extraño: he dorado el salmón, lo he triturado con pan duro y luego a la sartén para ‘achicharrarse’ hasta convertirse en un crumble crujiente y fragante.
Nada de nata, nada de mascarpone: la base es una robiola diluida con el agua de cocción de la pasta, cremosa pero ligera.
El resultado es un plato ingenioso, rápido, sabroso, con el equilibrio justo entre crujiente, frescura y esa nota un poco rústica que adoro con la ralladura de limón y la cebollino.
Una receta que vale la pena probar… ¡aunque solo sea por el aroma que deja en la cocina!
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- Dificultad: Fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de preparación: 5 Minutos
- Porciones: 2 Personas
- Métodos de Cocción: Cocina
- Cocina: Italiana
- Estacionalidad: Todas las estaciones
Ingredientes
- 160 g linguine (o espaguetis o tagliatelle a tu elección)
- 150 g salmón (en filetes)
- 1 rebanada pan duro (o de molde o dos cucharadas de pan rallado)
- 120 g robiola (o queso untable)
- 1/2 limón (solo cáscara bio)
- c.s. aceite de oliva virgen extra
- c.s. cebollino
- c.s. sal
- c.s. pimienta
Herramientas
- Sartenes
- Cazuelas de bordes altos
¡Primer plato rapidísimo!
Tenemos dos opciones, o lo hervimos normalmente en agua o ponemos en la sartén un chorrito de aceite y después de picarlo un poco, lo doramos rápidamente hasta que cambie de color…
Yo elegí la segunda opción y apenas se puso rosado, añadí el pan triturado groseramente o el pan rallado dejando que se dore tanto el pescado como el pan por unos minutos más con la adición de un par de cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
Evidentemente ya está al fuego la cazuela de bordes altos para cocinar la pasta!
Adoro las linguine y después de escurrirlas al dente pero CONSERVANDO un cucharón de agua de cocción, las puse en la sartén junto al queso y un poco de agua poco a poco para obtener una crema delicada que aderezo con sal y pimienta.
Compongo los platos con las linguine cremosas añadiendo al gusto el crumble de salmón y pan y un abundante picado de cebollino fresco y ralladura de limón bio.
Es un primer plato rápido y delicado, perfecto para los almuerzos de verano en familia!
¡Buen provecho y buena cocina!
Annalisa
Conservación
El crumble de salmón y pan se puede preparar con antelación y conservar en la nevera por un día, bien cerrado en un recipiente. Al momento de usarlo, caliéntalo en la sartén para que recupere su crujiente.
La pasta, en cambio, se debe disfrutar recién hecha.
El crumble de salmón y pan se puede preparar con antelación y conservar en la nevera por un día, bien cerrado en un recipiente. Al momento de usarlo, caliéntalo en la sartén para que recupere su crujiente.
La pasta, en cambio, se debe disfrutar recién hecha.
