Mini Cheesecake Saladas al Salmón Ahumado: receta fácil sin cocción
Si buscas un entrante o aperitivo vistoso y rápido, estás en el sitio correcto.
A menudo, el problema con las cheesecakes saladas o con las bases de galletas es que la base se desmorona al momento de emplatar o la crema de queso no se compacta lo suficiente.
Mi receta resuelve estos problemas, garantizándote que las Mini Cheesecake al Salmón Ahumado sean perfectas para la cena elegante o la fiesta informal entre amigos, incluso si son «sin cocción».
El secreto para la estabilidad es doble:
La Base Perfecta: Para la base crujiente y sabrosa, debes utilizar los tomates secos picados junto con las galletas y la mantequilla. Esto no solo añade un sabor más complejo, sino que ayuda a la mezcla a unirse mejor que solo con mantequilla y galletas, haciendo la base más resistente.
El Descanso Crucial: Para la crema de salmón suave y aterciopelada, el descanso en la nevera durante al menos 3 horas es fundamental para la consistencia. Este tiempo permite que la base se solidifique y la crema se endurezca perfectamente.
Preparemos estas pequeñas maravillas: el contraste entre el salmón, la frescura del queso y la crujiente base hace de cada bocado un placer. Además, en esta versión individual son comodísimas de servir y de comer.
Te garantizo que una vez que las pruebes, estas mini cheesecakes se convertirán en un referente en tu repertorio de recetas rápidas.
- Tiempo de reposo: 3 Horas
- Tiempo de preparación: 15 Minutos
- Porciones: 4
- Métodos de Cocción: Sin cocción
- Cocina: Italiana
Ingredientes mini cheesecake saladas al salmón
- 200 g salmón ahumado
- 150 g galletas saladas
- 200 g queso fresco para untar
- 60 g mantequilla (fundida)
- 40 g tomates secos en aceite (bien escurridos)
- al gusto sal
- eneldo (para la decoración)
Herramientas
- Batidora
- 2 Cuencos
- 1 Aro
- Film transparente
- Espátula
Procedimiento MINI CHEESECAKE SALADAS AL SALMÓN
Coloca las galletas saladas en una batidora potente. Tritura hasta obtener una harina de textura gruesa (no debe convertirse en polvo finísimo, un poco de grano es perfecto). Añade a la harina de galletas la mantequilla fundida y los tomates secos que habrás escurrido previamente del aceite y cortado en trocitos. Tritura de nuevo por muy pocos segundos, lo justo para obtener una mezcla homogénea y compacta. Retírala de la batidora y reserva momentáneamente.
En la misma batidora coloca el salmón ahumado (reserva 30 g para la decoración), el queso para untar y una pizca de sal. Tritura hasta obtener una cremita homogénea y aterciopelada. Si te gusta sentir los trocitos, añade a la crema el salmón que habías reservado, picado groseramente a mano, y mezcla con una espátula.
Toma los moldes (yo uso aros o anillos de pastelería de 6/8 cm, o puedes usar moldes para muffins). Llena el fondo de cada molde con la mezcla de galletas, presionando bien con una cucharita para compactar la base. Vierte encima la crema de salmón. Alisa la superficie y mete en la nevera a reposar durante al menos 3 horas. ¡El reposo es fundamental para la consistencia!
Transcurrido el tiempo de reposo, extrae con delicadeza las mini cheesecake de los moldes. Decora la superficie con algunos trocitos de salmón ahumado restante y una ramita de eneldo fresco (su aroma combina maravillosamente con el salmón) o perejil picado al momento. Sirve de inmediato.
Notas sobre los Ingredientes y Sustituciones Sugeridas
El éxito de esta receta reside en la calidad y preparación de los ingredientes básicos.
Galletas: Puedes sustituir las galletas saladas por taralli puglieses (150 g) para un sabor más intenso, o por 120 g de Pavesini o 100 g de colines secos. Para un toque de acidez, también puedes usar Bretzel salados.
Mantequilla: Si quieres una versión sin mantequilla, puedes sustituir la mantequilla fundida por 60 g de aceite de oliva virgen extra suave.
Queso para Untar: Puedes usar ricotta de vaca bien escurrida para un sabor más delicado, o sustituir 100 g del queso para untar con mascarpone para una crema aún más rica y firme.
Eneldo/Perejil: El eneldo es el compañero ideal del salmón. Si no lo encuentras, el perejil está bien, o puedes usar algunas hojas de cebollino finamente cortadas.
Conservación
Las mini cheesecake al salmón se conservan en la nevera, cubiertas con film transparente o en un recipiente hermético, por un máximo de 2-3 días. No se recomienda congelarlas, ya que la base de galletas y la consistencia de la crema se verían irremediablemente comprometidas.
Alternativas y Variantes de la Receta
Para variar el entrante y adaptarlo a todos los gustos, aquí tienes algunas ideas fantásticas:
Versión de Atún y Alcaparras: Sustituye el salmón por 200 g de atún en aceite de alta calidad bien escurrido y añade 1 cucharada de alcaparras bajo sal desaladas a la crema de queso.
Base de Nueces y Feta: Para una base más rústica, tritura 100 g de galletas con 50 g de nueces picadas y la mantequilla.
Versión Vegana/Vegetariana (Calabacín y Menta): Sustituye el salmón con 150 g de calabacín a la parrilla y triturado en la crema, y usa queso para untar vegano. Añade algunas hojas de menta fresca a la crema para un sabor veraniego.
Uso y Acompañamientos Recomendados
Estas mini cheesecake son perfectas como:
Entrante Festivo: Ideales para las mesas navideñas o de Pascua.
Finger Food de Aperitivo: Sírvelas en un buffet con otras preparaciones de ración individual.
Plato Único Ligero: Acompañadas de una rica ensalada verde aderezada con vinagreta ligera.
Acompañamiento: Se combinan maravillosamente con un vino blanco seco, fresco y mineral como un Prosecco Brut o un Sauvignon Blanc. Su acidez equilibrará la sapidez y la grasa del salmón.
Orígenes e Historia de la Receta
La cheesecake (literalmente tarta de queso) tiene orígenes antiquísimos, ¡incluso en la antigua Grecia! La versión moderna que todos conocemos fue sin embargo popularizada en Estados Unidos. La cheesecake salada es una reinterpretación más reciente, nacida en las últimas décadas como evolución del concepto de tarta salada sin cocción, adaptando las técnicas de la pastelería (base compacta + crema) al mundo de lo salado. En Italia ha encontrado terreno fértil, adaptándose a los sabores mediterráneos y a ingredientes más locales.
Mi secreto para un éxito perfecto
Un pequeño pero crucial consejo de amiga: ¡no tengas prisa! El secreto para extraer tus mini cheesecakes de los moldes impecablemente, sin que se desmoronen, es el reposo en la nevera. No te limites a dos horas; 3 horas es el mínimo indispensable, pero si puedes dejarlas por 4-5 horas o incluso prepararlas el día anterior, la consistencia será de pastelería. Otro truco: antes de desmoldarlas, pasa delicadamente los lados de los aros con la hoja de un cuchillo (o con un paño caliente) para facilitar el despegue. ¡Confía en mí, la paciencia paga!
FAQ (Preguntas y Respuestas)
¿Puedo usar el horno para acelerar la base?
¡En absoluto no! La base no debe cocinarse, solo compactarse. El horno arruinaría la consistencia. El descanso en la nevera es el único camino para una base perfecta y crujiente.
¿Cómo las desmoldo sin romperlas?
Si usas los aros de pastelería, colócalos sobre un vaso o soporte y empuja suavemente hacia abajo el aro, dejando la cheesecake en el plato. Si usas moldes para muffins, cúbrelos con papel de horno o film transparente dejando los bordes largos, luego utiliza los bordes para extraerlas.
¿Es posible prepararlas con antelación?
¡Por supuesto! ¡Es más, son aún más deliciosas! Puedes prepararlas completamente hasta 24 horas antes y conservarlas en la nevera. Sácalas del frigorífico 15-20 minutos antes de servirlas para liberar mejor los aromas.

