Stracciatella Hecha en Casa: La Receta Fácil para un Queso Fresco Inimitable
Amantes de los sabores auténticos y la genuinidad, ¡prepárense para enamorarse! Hoy os revelamos la receta para una stracciatella hecha en casa que huele literalmente a tradición y a hogar, trayendo a la mesa la frescura y la cremosidad de uno de los quesos más amados del sur de Italia.
Olvidad los productos industriales: con pocos y simples ingredientes, podréis realizar esta delicia quesera que, aunque no reproduzca cada matiz del original pugliese, os regalará una experiencia gustativa sorprendente y gratificante.
La stracciatella es un queso fresco de pasta hilada, característico de regiones como Apulia, Molise y Basilicata. Su peculiaridad reside en la elaboración: la pasta de mozzarella se «desgarra» a mano en finos filamentos y luego se mezcla sabiamente con nata fresca no azucarada.
El resultado es un producto increíblemente más cremoso y delicado respecto a la mozzarella clásica, con un sabor dulce y envolvente que conquista desde el primer bocado. Es la base de la famosa Burrata, pero por sí sola es una verdadera obra maestra de simplicidad.
Realizar la stracciatella casera es un proceso sorprendentemente fácil y rápido, que solo requiere un poco de paciencia para el reposo en el frigorífico. Este tiempo de espera es fundamental para permitir que los ingredientes se amalgamen perfectamente y desarrollen esa consistencia inimitable que hace que la stracciatella sea tan especial.
Ya sea para enriquecer una ensalada, como un aperitivo refinado sobre pan tostado con verduras frescas, o simplemente para disfrutar a cucharadas, nuestra receta os garantizará un resultado impecable. ¿Listos para llevar un trozo de auténtica tradición italiana a vuestra mesa?

- Dificultad: Muy fácil
- Costo: Económico
- Tiempo de reposo: 12 Horas
- Tiempo de preparación: 10 Minutos
- Porciones: 8
- Métodos de Cocción: Sin cocción
- Cocina: Italiana
- Energía 336,34 (Kcal)
- Carbohidratos 2,74 (g) de los cuales azúcares 1,19 (g)
- Proteínas 13,58 (g)
- Grasa 30,02 (g) de los cuales saturados 7,94 (g)de los cuales insaturados 4,19 (g)
- Fibras 0,00 (g)
- Sodio 366,30 (mg)
Valores indicativos para una ración de 80 g procesada de forma automatizada a partir de la información nutricional disponible en las bases de datos CREA* y FoodData Central**. No se trata de consejos alimentarios y/o nutricionales.
* CREATES Centro de Investigación sobre Alimentación y Nutrición: https://www.crea.gov.it/alimenti-e-nutrizione https://www.alimentinutrizione.it ** Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, Servicio de Investigación Agrícola. FoodData Central, 2019. https://fdc.nal.usda.gov
Ingredientes para hacer la Stracciatella en casa
- 500 g mozzarella (preferiblemente fiordilatte, no muy acuosa)
- 400 ml nata líquida (fresca no azucarada con al menos 35% de grasas)
- 2 pizcas sal
Herramientas
- Balanza de cocina
- Cuenco
- Tenedor
Cómo hacer la Stracciatella de Mozzarella:
Tomad la mozzarella y escurridla muy bien de su líquido de conservación. Este paso es crucial para evitar que la stracciatella final resulte demasiado acuosa. Una vez bien escurrida, comenzad a deshilacharla con las manos. El objetivo es obtener trozos irregulares y finos, no muy grandes, que se mezclarán mejor con la nata y crearán la típica textura «deshilachada».
En un cuenco de vidrio suficientemente grande, verted la nata líquida fresca no azucarada. Añadid las dos pizcas de sal fina. Utilizad un tenedor para mezclar la nata y la sal durante unos instantes, justo el tiempo para que la sal se disuelva y los sabores se amalgamen bien. No hace falta montar la nata, debe permanecer líquida.
Añadid la mozzarella deshilachada en el cuenco con la nata salada. Mezclad delicadamente pero con cuidado, asegurándoos de que todos los trozos de mozzarella estén bien inmersos y cubiertos por la nata. Cubrid el cuenco con film transparente en contacto y guardad en el frigorífico. El reposo es fundamental: dejad reposar la stracciatella durante al menos 12 horas. Este tiempo permite que la mozzarella absorba la nata y que los sabores se amalgamen perfectamente, desarrollando la cremosidad deseada.
Transcurrido el tiempo de reposo, ¡vuestra stracciatella hecha en casa está lista para ser disfrutada! Antes de servir, mezclad delicadamente una última vez. Puede ser servida fría, quizás dejándola 10-15 minutos a temperatura ambiente antes de llevarla a la mesa para resaltar mejor sus aromas.
Notas sobre los Ingredientes y Posibles Sustituciones:
Mozzarella: La elección de la mozzarella es fundamental. Preferid una mozzarella fiordilatte de buena calidad, fresca y con un bajo porcentaje de agua residual. Si optáis por la mozzarella de búfala, obtendréis una stracciatella de búfala hecha en casa con un sabor aún más intenso y característico.
Nata Fresca: Utilizad nata líquida fresca no azucarada con un buen porcentaje de grasas (al menos 35%). Evitad la nata de cocina light, ya que no conferiría la misma cremosidad y riqueza.
Sal: La sal es un potenciador de sabor. Ajustad su cantidad a vuestro gusto, pero dos pizcas son un buen punto de partida para equilibrar la dulzura de la nata y el queso.
Ricotta (Variante Delicada): Si deseáis una stracciatella con un sabor más delicado y una consistencia ligeramente más aireada, podéis añadir 100 g de ricotta fresca bien escurrida (preferiblemente de oveja o vaca) junto con la mozzarella y la nata. Mezclad bien para incorporarla uniformemente.
Alternativas y Variantes de la Receta:
Con Albahaca: Agregad algunas hojas de albahaca fresca finamente picadas junto con la mozzarella.
Al Chile: Para un toque picante, añadid una pizca de chile en copos o un pequeño chile fresco picado a la nata.
Al Limón: Rallad la cáscara de medio limón ecológico (solo la parte amarilla) en la nata para una nota cítrica y refrescante.
Stracciatella «Rústica»: En lugar de deshilachar la mozzarella, cortadla en cubitos muy pequeños y mezcladla con la nata. Tendrá una consistencia ligeramente diferente, pero igualmente deliciosa.
Stracciatella Ahumada: Utilizad una mozzarella ahumada en lugar de la clásica para un sabor más decidido y particular.
Uso y Combinaciones:
La stracciatella hecha en casa es increíblemente versátil y se presta a numerosas combinaciones:
Como Aperitivo: Servidla sobre rebanadas de pan casero tostado o crujientes, quizás acompañada de tomatitos frescos, confitados, o verduras a la parrilla como berenjenas y calabacines.
Con Verduras Frescas: ¡Es una combinación clásica! Perfecta con ensaladas mixtas, tomates frescos, rúcula o espárragos a la parrilla.
En Platos Principales: Ideal para mantecar un risotto caliente o como cobertura cremosa sobre un plato de pasta simple, como espaguetis al tomate fresco o pesto.
En Pizzas y Focaccias: Añadidla en crudo sobre pizzas recién horneadas o sobre focaccias calientes para una explosión de sabor.
Con Jamón Curado: El contraste entre la salinidad del jamón y la delicadeza de la stracciatella es sublime.
Rellenos y Tártaras: Puede ser utilizada como relleno para rollitos de bresaola o como elemento cremoso en tártaras de pescado o carne.
Conservación:
La stracciatella hecha en casa es un producto fresco y delicado. Debe conservarse en el frigorífico, dentro de un recipiente hermético bien sellado, por un máximo de 1-2 días desde su preparación. Se desaconseja congelarla, ya que la nata y la mozzarella perderían su consistencia ideal y se separarían durante la descongelación. Consumidla lo antes posible para disfrutar plenamente de su frescura y cremosidad.
Orígenes e Historia de la Receta:
La stracciatella es un emblema de la tradición quesera del sur de Italia, en particular de Apulia, pero también de Molise y Basilicata. Nace como subproducto o, mejor dicho, como forma de reutilizar los «residuos» de la elaboración de la mozzarella y la burrata. Cuando se crea la bolsa externa de la burrata, la pasta hilada en exceso se deshilacha («stracciata») y luego se mezcla con nata fresca, dando vida a esta delicia cremosa. Es, por tanto, el corazón, el alma de la burrata misma, pero se ha afirmado como producto independiente por su inconfundible frescura y golosidad. Representa la sabiduría campesina de no desperdiciar nada y de crear productos excepcionales a partir de ingredientes simples.
FAQ (Preguntas y Respuestas)
1. ¿Puedo usar nata de cocina o nata UHT de larga conservación?
No, para un resultado óptimo y una consistencia cremosa y genuina, es fundamental utilizar nata líquida fresca no azucarada, preferiblemente con un alto contenido de grasas (al menos 35%). La nata de cocina o la UHT de larga conservación tienen espesantes y estabilizantes que alterarían su rendimiento y sabor final.
2. Si no tengo 12 horas para el reposo, ¿puedo reducir el tiempo?
El reposo de al menos 12 horas es altamente recomendado porque permite que la mozzarella absorba mejor la nata y que los sabores se amalgamen, otorgando a la stracciatella su característica cremosidad y complejidad. Un reposo más corto (ej. 4-6 horas) es posible, pero la consistencia podría resultar menos aterciopelada y el sabor menos integrado. ¡Es un paso que premia la paciencia!
3. ¿Por qué mi stracciatella está demasiado líquida/acuosa?
Pueden haber un par de razones:
Mozzarella no bien escurrida: Es crucial eliminar cuanto más líquido posible de la mozzarella antes de deshilacharla. Apretadla bien.
Nata insuficiente o demasiado ligera: Si la nata no tiene un porcentaje de grasas adecuado (mínimo 35%) o si la cantidad respecto a la mozzarella es demasiado baja, la stracciatella resultará menos densa.
Falta de reposo: El tiempo en el frigorífico es esencial para que la mozzarella «beba» la nata.