Preparación del tronco de cassata

• Prepara la base.
  Separa las yemas de las claras.
  Bate estas últimas a punto de nieve, luego añade poco a poco el azúcar, continuando batiendo hasta obtener un merengue brillante y firme.
  Añade las yemas una a una, continuando batiendo con las varillas, luego añade el extracto de vainilla y el aceite en hilo.

• Finalmente, incorpora la harina tamizada con la ayuda de una espátula y movimientos delicados, hasta integrarla completamente.
  Forra una bandeja de horno con papel de cocina y vierte la mezcla preparada, nivelándola.
  Hornea en horno estático ya precalentado a 180° durante unos doce minutos, haciendo la prueba del palillo para verificar la cocción.
  Saca del horno y traslada la base sobre un paño húmedo con todo el papel de horno debajo y cúbrela con film de cocina para que retenga la humedad, y sea elástica y fácil de enrollar sin romperse.
  Deja enfriar.

• En un bol grande, coloca la ricotta tamizada, el azúcar y las gotas de chocolate y mezcla bien.
  Libera la base del film y rellénala con la crema preparada.
  Enróllala con cuidado, ayudándote con el papel de horno debajo que retirarás delicadamente, y una vez obtenido el tronco, envuélvelo apretado con film de cocina y déjalo reposar al menos un par de horas en el frigorífico para que se endurezca.

• Al momento de servirlo, retira el film y colócalo en una bandeja de servir.
  En un bol pequeño, tamiza el azúcar glas, haz un hueco en el centro y añade poca agua caliente de a poco, mezclando con un batidor, hasta obtener un glaseado liso y homogéneo de la consistencia que prefieras.
  Vierte el glaseado sobre el tronco de cassata y decóralo a tu gusto con la fruta confitada y los trocitos de pistacho.

  Chez Bibia